Lima – “La obra de la justicia será paz, y el servicio de la justicia, tranquilidad y confianza para siempre”. Es el versículo de la Biblia elegido por la Conferencia Episcopal del Perú para su mensaje al pueblo sobre los hechos de últimos días. Los obispos defienden las protestas populares contra la elevada presión fiscal, el desperdicio de recursos, el tráfico de drogas, la violencia contra las mujeres y la corrupción.
Motivados por las “preocupación pastorales” de construir “puentes de paz con todos, tratando de que ninguna raíz venenosa pueda hacer daño a la comunidad”, los obispos aprueban “las justas reacciones de protesta”, que han llevado a la dimisión del ministro de Economía, porque “no se puede cargar con más impuestos a los trabajadores que exigen mejoras económicas y, por otro lado, se mantengan durante décadas exenciones fiscales a las empresas que aún gozan de grandes privilegios”.
Invitan a las personas “a no dejarse manipular” por aquellos que quieren provocar revueltas violentas. Al mismo tiempo, el Conferencia Episcopal cree que “son buenas noticias ciertas medidas orientadas hacia una mayor justicia” mientras advierten de que “los gastos innecesarios de algunas instituciones del Estado” y el clientelismo “se burlan de la ciudadanía” y muestran claramente “que esas instituciones y muchos de sus miembros viven ajenas a la situación social del país”.
El último punto del mensaje se refiere a la trágica muerte de una joven quemada viva por un ex colega que probablemente se sintió frustrado por la negativa de la mujer. Para frenar los feminicidios , el documento invita a emprender “una gran campaña educativa que ayude a eliminar el machismo de nuestra mentalidad”, al mismo tiempo que reafirma el compromiso de la Iglesia de “reivindicar los derechos y la dignidad de la mujer de cara a una sociedad nueva”. Según el episcopado peruano, todos los hechos citados están relacionados. Los obispos concluyen agradeciendo al pueblo “que muestre públicamente su anhelo de una democracia sólida y transparente, sin corrupción, con políticos de alta calidad ética y moral”.
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