Kinshasa - Más de 770.000 niños menores de cinco años sufren desnutrición severa en el centro de la República Democrática del Congo. Así lo denuncian los obispos de los Kasai, que reproducen las estadísticas recientemente publicadas por UNICEF. Los obispos hacen hincapié en que la inseguridad y la violencia vinculada al movimiento guerrillero Kamuina Nsapu han causado una grave crisis humanitaria en la zona.
Las diócesis afectadas son la archidiócesis de Kananga y las diócesis de Luiza, Luebo y una parte de la de Mweka. Durante sus visitas pastorales, los obispos locales han presenciado personalmente el drama humanitario y el grave estado de desnutrición de las poblaciones. “El fenómeno de la desnutrición es claramente visible en los territorios de Dibaya, Dimbelenge, en la ciudad de Kananga, así como en el territorio de Kazumba, entre la diócesis de Luisa y Luebo. En Kananga, varias parroquias acogen a niños desnutridos”, explica monseñor Marcel Madila, arzobispo de Kananga. Monseñor Madila ha lanzado un llamamiento para que se haga “una intervención urgente y masiva, porque está comenzando un período difícil, la estación seca. Si los niños no reciben asistencia ahora, corremos el riesgo de tener miles de muertes”.
El Focal Point del Kasai de Cáritas Congo está trabajando estrechamente con las 8 Cáritas diocesanas de la provincia eclesiástica de Kananga para preparar un plan de respuesta para esta crisis, cuyos efectos podrían ser peores que los de la epidemia de ébola. “La desnutrición es probable que crezca con el inicio de la estación seca, un período durante el cual por lo general hay una escasez de alimentos en las familias”, dijo Emmanuel Mbuna, coordinador nacional del Departamento de emergencias de Cáritas Congo.
Kamuina Nsapu es un líder tradicional del territorio de Dibaya, a 75 km al sureste de Kananga, la capital del centro de Kasai, asesinado el 12 de agosto de 2016, durante una operación militar llevada a cabo por las fuerzas de seguridad. Sus seguidores se organizaron en milicias y comenzaron a atacar no solo a los militares sino también a la población civil. El levantamiento también se ha extendido rápidamente a otras provincias vecinas, como Kasai Oriental, Kasai y Lomami, lo que ha provocado que huyan los habitantes de varias aldeas.
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