Ciudad del Vaticano - “La repentina y trágica muerte de Mons. Paul Bui Van Doc, Arzobispo de Hochiminh Ville , durante nuestra estancia en Roma para la visita ad limina, nos ha dejado conmocionados”. La providencia de Dios ha querido llamar ante su presencia al Arzobispo, precisamente en este momento. A pesar del dolor por la pérdida de un querido hermano obispo nuestro, sentimos que en esta situación está la presencia de Dios: nos estamos planteando que nos quiere decir Dios con este suceso”: lo declara a la Agencia Fides Mons. Joseph Dinh Duc Dao, al frente de la diócesis de Xuan Loc, en nombre de los obispos vietnamitas, que están en el Vaticano por su visita ad limina apostolorum, tras la muerte repentina del Arzobispo de Hochiminh-ville, Mons. Paul Bui Van Doc, ocurrida ayer, 6 de marzo, en Roma.
Recordando al fallecido Arzobispo, Mons. Dinh Duc Dao comenta: “Fuimos estudiantes juntos en el Colegio Urbano de Propaganda Fide. Él era un hombre y un sacerdote de paz, cuyo corazón siempre estaba lleno de la alegría del Señor. Precisamente su lema episcopal, 'Ad Deum laetitae mae', ponía el énfasis en la alegría que todo bautizado encuentra en Cristo. Así era su voluntad y su misión: llevar a todos el gozo del Evangelio y conducir al pueblo de Dios que le había sido encomendado a vivir el gozo del Señor. Ahora está en el Paraíso disfrutando de esta alegría”.
En la Archidiócesis de Hochiminh Ville, recuerda Mons. Dinh Duc Dao, “su trabajo pastoral estaba dirigido a construir y vivir la comunión y la unidad entre toda la Iglesia local. En ese territorio viven muchos inmigrantes y pobres, y el apostolado que promovía y organizaba centraba su atención en los inmigrantes, con un espíritu de acogida, solidaridad, servicio”.
De hecho, actualmente en Hochiminh Ville, existe un fenómeno de grandes proporcione en los referente a migrantes internos, dado el movimiento masivo de personas del campo a las grandes ciudades. En una ciudad de 7 millones de habitantes como Ho Chi Minh Ville, en los últimos años han llegado dos millones más, el 10% de los cuales son católicos. El arzobispo ha tratado de coordinar, gracias a la Cáritas diocesana, a todos los miembros de la Iglesia local como congregaciones religiosas, parroquias y movimientos laicos para satisfacer las necesidades de estas personas. Explicando a la Agencia Fides el sentido de este compromiso, el Arzobispo Paul Bui Van Doc había declarado: “Continuamos mostrando atención hacía los pobres y marginados, como testimonio del amor de Cristo y como signo del cuidado por el bien común de la sociedad”.
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