Cusco - “La Iniciación Cristiana exige que los jóvenes sean educadores en la fe, pues estamos viviendo un tiempo de crisis en las instituciones educadoras como las parroquias, las familias o los colegios, por eso nosotros convocamos a los jóvenes para que puedan asumir esta responsabilidad, este servicio, esta misión de educar en la fe”. Lo dice a la Agencia Fides Mons. Fredi Aparicio Quispe, Vicario General de la Archidiócesis del Cusco, responsable de la Comisión de Iniciación Cristiana que ha organizado, dentro del marco del “Año Misionero de la Cultura Vocacional”, la “Primera Semana de Formación de catequistas”, en la Decanatura de San Antonio Abad, en la Archidiócesis del Cusco, Perú.
El encuentro que cuenta con una masiva participación de jóvenes agentes pastorales de diversas parroquias de la Archidiócesis, tiene como objetivo ofrecer a todos los catequistas un espacio de formación y reflexión sobre la iniciación cristiana. En esta Semana de Formación que comenzó el lunes 5 y terminará el viernes 9 de marzo, bajo el tema: “El Proceso de Iniciación en el marco del Plan Pastoral”, se tratará de “ayudar a los jóvenes catequistas en su proceso de aprendizaje y formación, - explica a Fides el Vicario -, para que cuenten con todos los elementos doctrinales, metodológicos y bíblicos para realizar adecuadamente su catequesis durante el año”. Porque aunque los jóvenes se preparan también individualmente en sus respectivas parroquias, “hemos constatado la ausencia de un proceso formativo, por lo que queremos implementar poco a poco un itinerario de formación para los catequistas”.
Mons Fredi Aparicio continúa: “lo nuevo, es la metodología y el acompañamiento, pues en catequesis el centro siempre es Jesús, pero lo que cambia es la forma. Por ejemplo la catequesis tradicional enfatiza mucho el tema de memorizar contenidos doctrinales bajo un sistema de pregunta y respuesta, en cambio la Iniciación Cristiana busca que los jóvenes y niños vivan experiencias de encuentro con Jesús y a partir de eso, ellos se conviertan en sus seguidores”. “Los frutos son abundantes y maravillosos – dice para concluir el Vicario - los jóvenes que han participado anteriormente han regresado con mucho más ánimo, las herramientas que se les facilitaron como metodología y contenidos doctrinales les sirvieron para que puedan trabajar con sus niños y adolescentes, y ellos a la vez crecen como seguidores de Jesús y como personas”
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