Buenos Aires – Sensibilizar a la comunidad católica sobre la urgencia de mitigar el impacto del cambio climático; estimular la conversión a una vida centrada en el Evangelio, que incluya la relación con Dios, con los hermanos y con toda la creación; hacer escuchar la voz de la comunidad católica en los grandes foros internacionales: esta es la misión del Movimiento Católico Mundial del Clima , que reúne a más de 300 instituciones católicas inspiradas por la doctrina de la Iglesia, especialmente en la Encíclica del Papa Francisco “Laudato Si”.
Como explica a la Agencia Fides el profesor argentino Pablo Canziani, físico e investigador católico, titular del Conicet , “el Movimiento se dirige a parroquias, escuelas, movimientos eclesiales e instituciones católicas y se basa esencialmente en una actividad educativa, pero también de oración”. De hecho, señala el docente, “tenemos que trabajar antes y durante las reuniones multilaterales sobre cambio climático para presionar a los países de modo que reduzcan sus emisiones de carbono y, por otro lado, ayudar a las víctimas de los desastres naturales a prepararse para las emergencias”. El Movimiento ha preparado para la Cuaresma material para la reflexión y la oración, relacionado con los temas de protección del medio ambiente e inspirado en la encíclica Laudato Si.
El GCCM nació de la idea de Tomás Insúa, un investigador argentino de Harvard, preocupado por la casi total ausencia de la comunidad católica en los foros internacionales en este sector. En una visita a su país, en 2014 - dice Canziani - Insúa se reunió con la Comisión para los laicos de la Conferencia Episcopal y la red argentina de laicos. Después de estas conversaciones, hubo contactos con el Movimiento por el clima ya presente en los Estados Unidos y en otros países, por lo que, con la aprobación de los Obispos, los laicos argentinos se unieron al Movimiento.
El Movimiento se compromete a promover principios como la ecología y la sostenibilidad, la creación y difusión de manuales para las escuelas y las instituciones católicas, y la activación de técnicos y expertos que puedan celebrar reuniones sobre “un estilo de vida eco-sostenible”. De hecho, Canziani está convencido de que “los ciudadanos de forma privada pueden hacer mucho, casi tanto como la industria, para hacer frente a la crisis ambiental”. Según el experto, el cambio se produce “de abajo hacia arriba”. “En su papel de votantes - explica-, los ciudadanos pueden hacer mucho, elegir a sus representantes y monitorear las políticas ambientales”. Además, los consumidores pueden optar por consumir productos y servicios de empresas eco-sostenibles”.
La clave para concienciar a las personas sobre la importancia de su comportamiento es la educación. Profundizando en la “Laudato Si” se ve que los principales responsables son los laicos, que “recorren las calles de la ciudad y pueden contribuir a transmitir sus conocimientos”
El GCCM está financiado por donaciones privadas e institucionales y depende mucho de la medida en que las iglesias locales acogen el mensaje de la Encíclica, señala Canziani. La red ha trabajado intensamente en las últimas conferencias mundiales sobre el cambio climático y ha invitado a las instituciones católicas a rechazar las contribuciones financieras de las compañías petroleras, prefiriendo las de las empresas que usan energías renovables. Para esta campaña, el Movimiento ha recibido apoyo pero también quejas de algunos sectores empresariales.
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