Nuku’alofa – Ha pasado más de un mes desde que el ciclón tropical Gita golpeó el archipiélago de Tonga en la Polinesia, entre el 12 y el 13 de febrero, causando daños y devastación. Según algunas fuentes, parece ser el más intenso de los últimos sesenta años en el archipiélago. Casi el 80% de los habitantes de Tongatapu, la isla más grande del reino, se han visto afectados y más de 4500 casas han sido destruidas o severamente dañadas. Las líneas eléctricas han quedado destruidas, varios edificios dañados y los campos de cultivo, vitales para el sustento de la población, devastados.
La respuesta de Cáritas Tonga en los días posteriores al ciclón a sido inmediata. La organización ha intervenido rápidamente con la distribución de vehículos de emergencia y apoyo social para la reconstrucción de viviendas, así como servicios de apoyo psicosocial a la población.
El personal y los voluntarios de Cáritas Tonga, en estrecha colaboración con el Consejo Nacional de la Juventud de Tonga, han distribuido lonas impermeables, agua, kits para la higiene y la cocina.
En la nota de la organización católica recibida en la Agencia Fides, se lee que “esta respuesta inmediata refleja los muchos años de formación y preparación para afrontar los desastres por parte de las agencias de Cáritas Oceanía, en colaboración con otras organizaciones humanitarias, y con el apoyo financiero para los suministros pre-contratados por el Gobierno de Nueva Zelanda”.
La directora de la organización, Amelia Ma'afu, está convencida de que los suministros proporcionados por Cáritas y otras organizaciones han asegurado una respuesta rápida. “Hemos podido movilizarnos rápidamente para distribuir los suministros más necesarios. Muchas personas han perdido sus hogares y todo lo que había dentro ha quedado dañado o aniquilado”, se lee en la nota.
Ma'afu también ha destacado cómo la respuesta ante el Ciclón Gita es una oportunidad para una nueva resurrección de Tonga. “Nadie se quedará sin ayudas. En el centro del trabajo de Caritas está la dignidad de la persona humana”, ha dicho.
Para concluir su intervención, ha invitado a Cáritas y a la Iglesia de todo el mundo a “continuar rezando para que se realice una coordinación eficaz y la asociación de los actores locales e internacionales permitan estrategias de respuesta para la recuperación de modo que las personas puedan volver a levantarse”.
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