ASIA/AFGANISTÁN - Una semilla de esperanza tras 6.000 días de guerra

Agenzia Fides Kabul - "En los últimos tiempos ha habido algunas señales positivas: a mediados de febrero, los talibanes declararon estar preparados para negociar con los Estados Unidos; a fines de ese mismo mes, Ashraf Ghani, presidente de Afganistán, propuso un acuerdo de paz con los talibanes. Evidentemente ambas partes saben que no pueden prevalecer, por lo que se han dado cuenta de que es el momento de llegar a un acuerdo". Estas son las palabras llenas de esperanza, que el padre Giovanni Scalese, misionero Barnabita, director de la Missio sui iuris en Afganistán, ha enviado a la Agencia Fides.
El pasado 12 de marzo - recuerda el p. Scalese -, se cumplieron los 6.000 días de guerra en Afganistán, considerando octubre del 2001 como la fecha de inicio del conflicto: "Si contamos los años anteriores, nos damos cuenta de que Afganistán está en guerra desde 1978. Desde entonces, no ha visto nunca la paz, solo ha conocido una guerra de cuarenta años".
La situación en el país centro asiático es preocupante. Un informe publicado hace unos días por la Unión Europea, la FAO y el Programa Mundial de Alimentos, coloca a Afganistán entre los 51 países afectados por la inseguridad alimentaria en 2017, e indica que la guerra es el principal factor de la crisis.
Por otro lado, el 21 de marzo, un nuevo ataque kamikaze en un santuario chiíta, en el oeste de Kabul, causó 26 muertos y 18 heridos. "Este último período ha sido muy difícil; solo hay que pensar por ejemplo la 'semana negra' a finales del mes de enero: el primer asalto al Intercontinental Hotel en Kabul, el ataque a la sede de 'Save the Children' en Jalalabad, y también el atentado de la ambulancia en la capital. Parece que la situación está llegando a su culmen, pero los pasos recientes en búsqueda de diálogo son positivos", expresa el Barnabita.
"Solo con la paz – continúa el p. Scalese - se pueden aprovechar las grandes oportunidades, como la explotación de los recursos naturales, que podría ser mucho más beneficiosa que los negocios criminales del opio. Quizás el interés económico podría tener éxito donde las armas, la política y la diplomacia han fracasado".
Mientras tanto, en Tashkent, Uzbekistán, los días 26 y 27 de marzo de 2018, se celebrará una conferencia internacional de alto nivel dedicada a Afganistán, sobre el tema "Proceso de paz, cooperación en el campo de la seguridad e interacción regional", por iniciativa del presidente Uzbek Shavkat Mirziyoyev y Ashraf Ghani.
"Con el primer día de la primavera ha comenzado el año 1397 en Afganistán. Esta es la estación del año en que la naturaleza se despierta tras el invierno: ¡esperemos que pueda ser de buen augurio para el renacimiento de esta tierra! Y también que nuestros hermanos musulmanes puedan beneficiarse de la vida que emana de Jesús resucitado", concluye el Barnabita.
En Afganistán, donde el Islam es la religión del Estado, la presencia católica fue admitida a inicios del Novecientos como una simple asistencia espiritual diplomática, pero posteriormente fue elevada a Misión sui iuris, en el año 2002, por Juan Pablo II. Hoy en día, la misión sigue dentro de la estructura diplomática y está encomendada al padre Barnabita Giovanni Scalese. En la capital afgana también están presentes las hermanas de la Madre Teresa de Calcuta y la Asociación intercongregacional “Pro niños de Kabul”.
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