Bogotá - Las elecciones generales colombianas, celebradas el domingo 11 de marzo, registran la clara afirmación de los partidos de derecha que más han expresado su oposición al proceso de paz iniciado con los grupos guerrilleros marxistas. Según los primeros datos publicados, el Centro Democrático de la Derecha, que se opone al acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia , se ha establecido como la principal fuerza política del país. El partido, fundado por el ex presidente Álvaro Uribe, que había encabezado una feroz campaña contra el acuerdo de paz firmado en noviembre de 2016, obtuvo el mayor número de votos en el Senado , seguido por el Partido Social Demócrata que obtuvo 13%, con un 95% de los votos contados. Solo el tercero, con el 12% de los votos obtenidos para el Senado, ha sido clasificado el Partido Social de la unidad nacional del presidente Juan Manuel Santos, junto con el derechista Cambio Radical y el Partido Conservador. Las preferencias de los votantes, llamados a elegir a sus representantes en el Senado y en el Congreso, destacaron a los protagonistas: el uribista Iván Duque y el ex alcalde de Bogotá Gustavo Petro, confirmándolos como candidatos potenciales para las próximas elecciones presidenciales el próximo 27 de mayo.
El mísero 0.5% de los votos recogidos por el nuevo partido FARC, que por primera vez en la historia democrática de Colombia había aceptado participar en las elecciones, también fue asombroso como resultado del proyecto de transformación de la milicia armada a la fuerza política.
Antes de las elecciones, la Conferencia Episcopal de Colombia había lanzado una campaña para invitar a los votantes, especialmente a los católicos, a no abandonar las urnas, el secretario de la CEC, Mons. Elkin Álvarez Botero, en un video difundido a través de las redes sociales recordó que los católicos deben votar porque son ciudadanos, y citando al Papa Francisco, agregó: "Los católicos deben estar interesados en la vida política del país, participando en el debate democrático de una manera seria y responsable".
Álvarez Botero, obispo auxiliar de Medellín, había intervenido para contrarrestar las noticias falsas que circulaban en las redes sociales que pedían a los católicos abstenerse de votar y no intervenir activamente en la vida política de Colombia.
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