Roraima - La situación de los venezolanos en Roraima, estado brasileño fronterizo con Venezuela, es cada día más dramática, por lo que el Obispo local, Monseñor Mario Antonio da Silva, junto con otros colectivos de la Iglesia católica y de otras Iglesias e instituciones de la sociedad civil, motivados por el agravarse de esta situación, han emitido una nota en la que señalan su “agradecimiento y apoyo a las diversas instituciones y personas que no están midiendo esfuerzos para colaborar en la acogida, integración local e interiorización de inmigrantes en situación de vulnerabilidad”.Según la nota recibida en la Agencia Fides y presentada en rueda de prensa este viernes, 23 de marzo, en la sede del obispado de Roraima, el trabajo de muchos voluntarios es lo que todavía hace que la situación no se haya convertido en algo insostenible. Además, Mons. da Silva ha manifestado “discordancia con respecto a las manifestaciones xenófobas que, infelizmente, están intensificándose cada día en las ciudades de nuestro estado y en internet”, señalando también la preocupación de todos los firmantes, por el hecho de que “ante una situación de emergencia y de fragilidad extrema, personas y grupos fomenten y promuevan el odio a los inmigrantes y a aquellos que se disponen a ayudarlos”.
Por último la nota termina reivindicando, vehementemente, “respuestas integradas y acciones coordinadas” del poder público, ausente en todo lo que se refiere a los inmigrantes, incluso en la “atención de sus necesidades más básicas”. Esta ausencia de compromiso y atención, “contribuye para que surjan comportamientos xenófobos y de incitación a la violencia”.
Conmovidos ante esta situación, el episcopado brasileño ha decidido que el 40% de lo que será recaudado en la Colecta Nacional de la Solidaridad, que cada año se lleva a cabo el Domingo de Ramos en todas las diócesis del país, como gesto concreto de la Campaña de la Fraternidad, - que este año ha tenido como tema la superación de la violencia -, sea destinado a ayudar a los inmigrantes venezolanos en Roraima.
Con el deseo de “que todos los inmigrantes sean tratados con dignidad y que sus derechos sean respetados” la nota concluye recordando aquello que nos dice el papa Francisco: «Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el forastero acogido o rechazado de cada época».
Las comunidades eclesiales, en sus muchas expresiones han promovido una serie de actividades de acogida y apoyo hacia los venezolanos, pero es necesaria una acción decidida del gobierno para adoptar las medidas oportunas para poder gestionar un fenómeno migratorio de tales dimensiones . El estado de Roraima, con 350 mil habitantes, ya acoge a 40 mil venezolanos, según los datos del Ayuntamiento y se estima que la cifra aumentará a 55 mil para el próximo julio.
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