EUROPA/ITALIA - 24 de marzo, jornada de los Misioneros Mártires. De su sangre brota la vida en plenitud

Agenzia Fides Roma - Recordar con la oración, el ayuno y un gesto concreto de caridad a todos los misioneros que han sido asesinados en el mundo, incluso aquellos desconocidos para la gran mayoría de la gente y que han derramado su sangre por el Evangelio. Esta es la motivación que en 1993 llevó al Movimiento de Jóvenes Misioneros de las Obras Misionales Pontificias italianas a instaurar cada año la Jornada de oración y de ayuno en memoria de los Misioneros Mártires. Se escogió el 24 de marzo, el día del asesinato en 1980 de monseñor Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, beatificado el 23 de mayo de 2015 y que será próximamente canonizado.

“El tema del martirio ha regresado en los últimos tiempos para interpelar a las comunidades cristianas. Es un gran signo positivo, -escribe Giuseppe Florio, teólogo y estudioso de la Biblia en los materiales preparados por Missio Italia para este día-. “La cosecha” de la que hablan los Evangelios puede ser abundante o poca, pero cuando los mártires aparecen en el horizonte, el mensaje profético del Evangelio se presenta ante los ojos de todos. La llamada de Ezequiel se dirige a un pueblo que no ve las señales de advertencia de un drama que se producirá poco después: la destrucción de Jerusalén a manos del rey de Babilonia en el 587 después Cristo. Por esta razón, escribe y proclama que es mejor prestar atención a los centinelas. También para nosotros, para “la cosecha”, el martirio es un regalo o un mensaje que indica la dirección que debemos tomar”.

Este año, Missio Italia ha elegido como tema de la XXVI Jornada, “Llamados a la vida”. “Es la vida de la Gracia según el Espíritu Santo, -explica el padre Michael Autuoro, director de Missio Italia-, la vida de aquellos que en el bautismo se sumergen en la muerte de Cristo para resucitar con Él como una nueva criatura”. Con el bautismo somos incorporados a Cristo y su Iglesia, pertenecemos siempre a Él y con Él participamos en la vida trinitaria divina, como enseña el Catecismo de la Iglesia católica ... Es la vida a la que están llamados no solo los mártires en su supremo testimonio del amor más grande, -el de dar su vida por aquellos a los que se ama-, sino también todos y cada uno de nosotros en el testimonio diario de fe vivida en la caridad y en la amistad hacia los que son privados, en cualquier parte del mundo, de una vida en plenitud”. La iniciativa para recordar a los misioneros que han sido asesinados se ha difundido en muchos países, a veces en diferentes fechas y circunstancias. Muchas diócesis e institutos religiosos dedican iniciativas particulares para recordar a sus misioneros y a todos aquellos que han derramado su sangre por el Evangelio.

El Papa Francisco recuerda con frecuencia que “los mártires son los que sostienen a la Iglesia, los que siempre lo han hecho. Hoy hay más que en los primeros siglos. Los medios de comunicación no lo dicen porque no es noticia, pero muchos cristianos en el mundo hoy en día son beatos porque son perseguidos, insultados, o encarcelados” . Desde sus origenes, la Iglesia no deja de mantener viva la memoria y de brindar al mundo, después de una cuidadosa consideración, el testimonio heroico de muchos cristianos en un martirologio que se actualiza constantemente a medida que renuevan su fe los muchos seguidores de Cristo.

Entre las figuras más recientes de los misioneros reconocidos como mártires por la Iglesia, recordamos a los dos misioneros conventuales franciscanos polacos, Michal Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, que junto con el sacerdote diocesano italiano Alessandro Dordi murieron en agosto de 1991 en Perú y fueron beatificados el 5 de diciembre de 2015 en Chimbote. Para la beatificación se eligió como lema “Mártires de la fe y de la caridad, testigos de la esperanza”. El 11 de diciembre de 2016 fueron beatificados en Vientiane, Laos, el misionero de los Oblatos de María Inmaculada padre Mario Borzaga y el laico catequista Paul Thoj Xyooj, junto con otros 15 mártires . El 24 de mayo de 2014 fueron beatificados el misionero del PIME padre Mario Vergara y el catequista Isidore Ngei Ko Lat, mártires murieron en Birmania en mayo de 1950. “Su heroica fidelidad a Cristo puede ser un estímulo y ejemplo para los misioneros, especialmente para los catequistas de tierras de misión que desempeñan un trabajo apostólico valioso e irremplazable, por el que toda la Iglesia les está agradecida”. .


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