VATICANO - El agradecimiento del Papa Francisco a los numerosos hijos de la Infancia Misionera

Ciudad del Vaticano - Ayer jueves 6 de enero, solemnidad de la Epifanía del Señor, el Papa Francisco en el Ángelus dio las gracias a los niños y jóvenes de la Pontificia Sociedad para la Infancia Misionera por su compromiso. Estas fueron sus palabras: “La Epifanía es de manera especial la fiesta de la infancia misionera, es decir, de esos niños y jóvenes ―hay muchos, en varios países del mundo― que se comprometen a rezar y ofrecer sus ahorros para que el Evangelio sea anunciado a quienes no lo conocen. Quiero darles las gracias: niños y niñas, ¡gracias!, y recordad que la misión comienza con el testimonio cristiano en la vida cotidiana. Al respecto, animo las iniciativas de evangelización que se inspiran en las tradiciones de la Epifanía y que, en la situación actual, utilizan diversos medios de comunicación. Recuerdo particularmente la “Procesión de los Reyes Magos” que tiene lugar en Polonia”.

La Sociedad Pontificia de la Santa Infancia o Infancia Misionera , una de las cuatro Obras Misionales Pontificias, fue fundada en 1843 por monseñor De Fordin Janson, obispo de Nancy, para educar a los niños en el espíritu misionero, implicándolos en las necesidades de sus pares en los países de misión y sensibilizándolos mediante la oración por otros niños y el envío de ayuda material. Hoy la POSI está extendida en más de 130 países de todos los continentes, y sigue persiguiendo a través de distintas iniciativas el objetivo de su fundación: promover y apoyar la sensibilidad misionera de niños y preadolescentes a través de cursos de formación, educándolos para ofrecer rezar y hacer pequeñas contribuciones económicas para otros niños y jóvenes en dificultad.

En su mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2022, publicado ayer, el Papa Francisco recuerda que la Obra de la Propagación de la Fe, junto con la Obra de la Santa Infancia y la Obra de San Pedro Apóstol, obtuvieron el reconocimiento de “Pontificias”. También cita al “obispo francés Charles de Forbin-Janson, quien inició la Obra de la Santa Infancia para promover la misión entre los niños con el lema, 'Los niños evangelizan a los niños, los niños oran por los niños, los niños ayudan a los niños de todo el mundo'”, esperando que “las Iglesias locales encuentren en estas Obras una herramienta sólida para alimentar el espíritu misionero en el Pueblo de Dios”.