Trento - Las organizaciones cristianas comprometidas en Italia con proyectos de ayuda humanitaria, desarrollo y acogida ponen sus recursos, sus competencias y la “pasión por la humanidad” que las caracteriza al servicio de la activación de los corredores humanitarios, una experiencia que permitirá acoger a los refugiados afganos en Italia. Y lo hacen, como han comunicado a la Agencia Fides, pidiendo a las instituciones que aporten un apoyo válido, y que desbloqueen los trámites para iniciar concretamente el programa, con la certeza de que “quien salva una vida, salva el mundo entero”, como afirma la conocida frase del Talmud.
El Memorando de Entendimiento firmado con el gobierno italiano el pasado 4 de noviembre prevé la activación de un canal de entrada legal en Italia para los ciudadanos afganos necesitados de protección internacional, procedentes de los campos de refugiados de Pakistán, Irán u otros países de primer asilo o tránsito. Se aceptarán 1.200 personas durante dos años , trasladadas en vuelos organizados por el gobierno italiano.
Entre las organizaciones firmantes figuran Cáritas Italiana, la Federación de Iglesias Evangélicas, Tavola Valdese, la Comunidad de Sant'Egidio y Arci. En la conferencia titulada “Afganistán, el futuro negado”, celebrada en Trento el 14 de diciembre, las organizaciones han destacado el valor de la iniciativa, que implica la cooperación entre el gobierno italiano y la sociedad civil, y han subrayado el valor del modelo de corredores humanitarios. “El modelo funciona y da sus frutos – afirman - sobre todo porque va mucho más allá de la simple reubicación, evacuación o reasentamiento. Supone la preparación cuidadosa de la red de acogida, en el contexto y en los territorios que van a recibir a las personas acogidas, teniendo en cuenta los tipos y las necesidades específicas de quienes se encuentran catapultados de repente en otro país”. Esta red de acogida, formada por familias, comunidades, parroquias y organizaciones locales, facilita la integración y, por tanto, también el proceso de autodeterminación de las personas acogidas, que pueden volver a forjar su futuro.
Por otra parte, es necesario preparar los territorios de destino, para que las personas acogidas puedan encontrar una asistencia adecuada y un terreno fértil a todos los niveles: logístico, solidario, cultural.
Cesare Zucconi, de la Comunidad de Sant'Egidio, señala que la iniciativa de los corredores humanitarios “ha abierto un nuevo camino, gestionado íntegramente por organizaciones de la sociedad civil; un camino que pretende evitar los viajes de la muerte, buscando rutas seguras y legales, tanto para las personas implicadas como para los países de acogida”. Se han consolidado así buenas prácticas que pueden reproducirse a nivel europeo, siguiendo el criterio general de acoger y proteger a las personas vulnerables. Las organizaciones implicadas piden al gobierno italiano que active rápidamente los procedimientos para facilitar el proceso, abriendo canales de diálogo con los gobiernos de los países implicados , coordinando también las iniciativas de reagrupación familiar.
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