Ciudad de Guatemala – Un “llamado a la esperanza” para vivir la celebración del nacimiento del Hijo de Dios y dejarnos iluminar por la Luz del Mundo, que se ofrece a toda persona, ha sido lanzado por los obispos de Guatemala, que subrayan, con el Papa Francisco: “La Navidad sin Jesús no existe”. En su mensaje, recibido en la Agencia Fides, titulado “caminemos juntos a la luz del señor”, los obispos evidencian que “la Navidad, por segundo año, es vivida en un mundo ensombrecido por la pandemia del Coronavirus, junto a otras sombras que afligen nuestra vida personal, familiar, comunitaria y social”.
La Navidad “nos lleva a apreciar el resplandor de Cristo”, por ello los obispos felicitan a las familias porque siguiendo el ejemplo de Jesús, María y José, “se han mantenido unidas y han buscado formas de sobrevivencia”. De manera especial están unidos con miles de migrantes y también con las de otros países cuyos hijos y hermanos han pasado por Guatemala. “Que la Providencia divina y el compromiso cristiano – esperan - les ayuden a conservar el más grande tesoro: el de la vida misma”.
Los obispos expresan palabras de aprecio por “el maravilloso servicio de los agentes sanitarios y de todo el voluntariado; servicio marcado a nivel mundial por el heroísmo en la pandemia, así como por innumerables sacrificios personales incluso de la propia vida”. Luego exhortan a todos “a no bajar la guardia” aun cuando pareciera que estamos en momentos menos graves de contagio, y en la búsqueda del bien común invitan a mantener la apertura a la vacunación y a la observancia de las medidas sanitarias. “Que las celebraciones de estos días, sobre todo en familia, no sean ocasiones de contagio, lo cual sería muy grave para toda la sociedad”.
Por último invitan a vivir el hermoso itinerario sinodal que se ha iniciado ya a nivel latinoamericano y del Caribe con la celebración de la Asamblea Eclesial del mes de noviembre, aceptando la convocatoria del Papa Francisco, que invita a “caminar juntos”, para que “avanzando en la comunión, en la participación y en la misión, lleguemos felizmente al final de esta etapa en el año 2023”. Los obispos de Guatemala esperan que todos, con la ayuda de María Madre de Dios y su esposo San José, lleguemos hasta el humilde pesebre de Cristo que nace, “y nos dejemos transformar por su resplandor que nos asegura que Dios Padre no abandona a sus hijos”.
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