Pekhon - La iglesia católica de San Nicolás en la ciudad de Thantlang, en la diócesis de Hakha, ha sido incendiada. Según la información recibida en la Agencia Fides por fuentes locales, el 28 de noviembre el ejército de Myanmar quemó más de 80 casas en la ciudad de Thantlang, en el estado birmano de Chin, al oeste de Myanmar, acusando a los residentes de colaborar con los rebeldes. Los residentes informaron de que la violencia de los militares comenzó el 25 de noviembre y continuó durante al menos cuatro días en la ciudad, en la que viven católicos y protestantes. La iglesia de San Nicolás, ahora destruida, se construyó hace 28 años. Aunque la comunidad católica local es pequeña, ya han surgido dos sacerdotes en esa comunidad, que se ha visto afectada por la violencia militar en los últimos meses. Debido a los intensos combates entre el ejército regular birmano y las milicias juveniles de la Chinland Defence Force , todos los habitantes de la ciudad de Thantlang han huido, mientras los militares siguen haciendo tierra quemada, incendiando las casas vacías.
“Mientras el ejército de Myanmar quema las casas de los civiles, detiene y mata a la población local, en varias zonas del país los civiles huyen a los bosques: esto ocurre en el estado de Chin, en el estado de Shan, en el estado de Kayah” , informa a Fides una fuente local preocupada. En estas tres regiones hay una resistencia más fuerte y organizada de las milicias juveniles contra el ejército de Myanmar, que está llevando a cabo represalias contra la población local.
En un escenario en el que se sigue informando de que los lugares de culto cristianos han sido atacados, el obispo Peter Hla, cabeza de la diócesis de Pekhon, en el estado de Shan, ha enviado una sentida carta al jefe del ejército local de Myanmar. En la carta, recibida por la Agencia Fides, el Obispo recuerda con dolor el bombardeo de la Catedral del Sagrado Corazón en la ciudad de Pekhon por parte de los militares, alcanzada por misiles tres veces en cinco meses.
“Atacar la catedral es como atacar el corazón de cada fiel, todos los fieles se sienten tristes por estos ataques”, escribe el obispo Hla. La diócesis de Pekhon - señala el texto enviado a la Agencia Fides - siempre ha establecido relaciones cordiales con los representantes del ejército local y está dispuesta a preservar una relación de respeto. Pero “si las iglesias y los edificios católicos vuelven a ser atacados, se interrumpirán todas las relaciones cordiales y esto tendrá consecuencias dolorosas para todos”, ya que creará más tensión y hostilidad en una sociedad ya perturbada por el conflicto civil.
Los actos de violencia gratuita contra los civiles y los lugares de culto están aumentando la frustración y la protesta de los jóvenes contra el ejército, comenta a Fides un sacerdote local, señalando que las iglesias se están convirtiendo cada vez más en el objetivo de los ataques militares, mientras que no ocurre así con las pagodas y los templos budistas. Los fieles católicos y de otras confesiones tienen miedo, temiendo una represalia selectiva contra las comunidades cristianas.
La población de la diócesis de Pekhon es de unos 340.000 habitantes y hay unos 55.000 católicos.
Los cristianos en Myanmar son alrededor del 6% de la población, 90% budista y, según el último censo de 2016, se concentran principalmente en los estados de Chin, Kayah y Kachin.
Pertenecientes en su mayoría a minorías étnicas - que históricamente han luchado por su autonomía frente al gobierno central-, sufren una larga hostilidad, por razones tanto étnicas como religiosas, por parte del ejército birmano, compuesto mayoritariamente por miembros de la etnia Bamar y de creencias budistas.
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