Con un mensaje que lleva la fecha del 6 de diciembre, recibido en la Agencia Fides, los obispos hondureños se unen a las felicitaciones de las diversas instituciones del país, de organismos internacionales y de algunos países, “augurando a la presidente electa un ejercicio de administración pública que promueva un auténtico desarrollo y crecimiento de nuestro país y de cada familia hondureña, buscando el bien de los más pobres y desprotegidos, en franco respeto a la dignidad de la persona humana, el derecho a la vida, desde su concepción hasta su término natural, así como el respeto a la sagrada institución del matrimonio y la familia”. “Nuestra esperanza – afirman - es que siga habiendo esa reconstrucción de una Honduras en desarrollo, en paz, con respeto a la vida y a la dignidad de la persona”.
Los Obispos recuerdan haber expresado ya en varias ocasiones su gran preocupación por la situación social, económica y política del país , por lo que felicitan a todos los ciudadanos que han acudido a las urnas superando la apatía y el desánimo, mostrando madurez y compromiso: “la participación de los hondureños ha sido extraordinaria, en paz y con transparencia”.
El 28 de noviembre, además del Presidente de la República, se eligieron los diputados del Congreso Nacional y del Parlamento Centroamericano, así como los alcaldes. Los obispos señalan que en los últimos días se han denunciado fraudes en estos otros niveles del proceso electoral, por lo que piden a los entes responsables “a prestar la debida atención a estos reclamos y a resolverlos de manera expedita y en base a la ley. Por el bien de nuestro país, no pueden quedar dudas sobre la transparencia en el recuento de los votos y el respeto de la decisión de los votantes”.
La Iglesia en Honduras siempre ha trabajado por el desarrollo de los pueblos, basado en los valores fundamentales, humanos y cristianos, por ello “nos sumamos a aquellos aspectos que la Sra. Xiomara ha señalado como prioridades de su gobierno y que nosotros también primamos: la erradicación de la pobreza, la lucha contra la impunidad, la generación de empleos, la dignificación del sistema de salud y de la educación”.
Por último, los obispos reiteran su firme convicción de que para el próximo gobierno debe ser prioritario “fomentar y fortalecer el diálogo, la reconciliación y la acción” que el país necesita: “Las autoridades elegidas, trabajando por el bien común, podrán proyectar a Honduras hacia un futuro próspero y de bienestar integral para todos, especialmente para los más pobres”.
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