La AICU es el movimiento más grande de este tipo en Asia, con miembros en todos los estados de la India. Los miembros son profesionales, trabajan en servicios y pequeñas empresas. Muchos de ellos trabajan en el sector agrícola y son agricultores de arroz y otros cereales, como propietarios y trabajadores en empresas agrícolas.
“Naturalmente, somos solidarios con las personas de todas las religiones que son agricultores, pescadores y trabajadores de fábricas. Sabemos y entendemos cuánto trabajo y sudor requiere al agricultor el producir alimentos para el país y cosechar cultivos para la exportación”, dice D'Cunha. “Conocemos el amor que tiene el agricultor por la tierra, por los animales que cría, por el entorno en el que trabaja. Esta pasión no se mide solo en términos de dinero”, se lee en el comunicado. “Por lo tanto - continúa - estamos en total solidaridad con los agricultores que ahora protestan a las puertas de la capital nacional, Nueva Delhi. Los agricultores están luchando para salvar la agricultura y así salvar a la India del desastre”, ha dicho el presidente de AICU.
El gobierno federal aprobó tres proyectos de ley en el otoño del año pasado: el proyecto de ley para el comercio de productos agrícolas; el contrato de seguro de precios; la ley de servicios agrícolas, reformando así por completo el sector agrícola. Las nuevas leyes se alejan de los sistemas de comercialización asistidos por el gobierno y promueven la agricultura por contrato y la inversión multinacional en el sector agrícola. Los agricultores han expresado su desconfianza en el nuevo sistema, que corre el riesgo de exponerlos, sin mediación estatal, a la merced de grandes grupos internacionales. Por ello, desde noviembre pasado vienen impulsando manifestaciones para la derogación de estas leyes, entre otras cosas promulgadas por el gobierno federal en septiembre de 2020 sin ninguna consulta ni debate nacional, y sin aprobación parlamentaria.
“También sabemos que en Europa y en muchos otros países, los gobiernos honran el trabajo de los agricultores. Los gobiernos, por lo tanto, otorgan enormes subsidios a sus agricultores”, dice a Fides el portavoz de AICU, John Dayal. Según Dayal, “la situación en India varía de un estado a otro y los agricultores están muy estresados. En caso de sequía, granizo o inundación, se pierde un año de trabajo. Sabemos que, en los últimos diez años, más de 350.000 agricultores se han suicidado porque no podían pagar sus préstamos y el estrés se había vuelto demasiado grande”.
Dayal dice para concluir: “El gobierno ha adoptado una actitud inhumana hacia los agricultores, acampados fuera del capital nacional en un clima doloroso y lluvioso. Pedimos que las nuevas leyes sean retiradas de inmediato”.
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