En Perú, se ha generado un verdadero escándalo público por el hecho de que algunos funcionarios estatales, ellos mismos y sus familias, han sido vacunados de forma secreta a pesar de las disposiciones sanitarias establecidas. El presidente de Perú, Francisco Sagasti, dijo que se sentía "indignado y furioso", y estos adjetivos describen bien el sentimiento de muchos peruanos cuando se trata del descubrimiento de que altos funcionarios del gobierno han abusado de su autoridad para obtener la vacuna.
Sagasti, sin embargo, ha denunciado como principal culpable de esto a Vizcarra, su antecesor, porque este último había dicho la semana pasada que él también ya había recibido la vacuna, precisando que había sido elegido con su esposa como voluntario. En cambio, el jefe de distribución de vacunas negó lo que dijo Vizcarra ante el Congreso. Como resultado de este escándalo ya han renunciado dos ministros y seguirá una investigación oficial por parte del gobierno.
Perú fue uno de los países de América Latina más afectados por la pandemia Covid-19, registrando más de 400.000 muertes y más de 1,24 millones de casos hasta la fecha. Ayer miércoles de ceniza, la Iglesia peruana quiso rendir homenaje a todos los profesionales de la salud que murieron por el coronavirus, durante la tradicional misa que abre la Cuaresma en la Catedral Basílica de Trujillo.
El rito fue presidido por el Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y del CELAM, Mons. Miguel Cabrejos Vidarte OFM. En su oración, en nombre de toda la Iglesia peruana, recordó a la comunidad nacional que la muerte de 315 médicos y 112 enfermeras siempre debe ser reconocida como un gran servicio a la comunidad.
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