VATICANO - Niños y jóvenes, testigos gozosos y creíbles del anuncio del Evangelio a pesar de la pandemia

Ciudad del Vaticano – “El testimonio es el elemento que caracteriza la misión del bautizado. El testigo es aquel que puede contar un evento o una persona en cuanto ha estado presente al evento o conoce la persona en cuestión. Por lo tanto, para poder ser testigo de Jesús es necesario, en primer lugar, conocerlo, es decir haberlo encontrado, creer en Él, creer que está vivo y haber hecho una tal experiencia de Él de quedarse fascinado y comprometido al punto de querer que también otros lo encuentren para ser felices”. Lo escribe la hna. Roberta Tremarelli, Secretaria General de la Obra Pontificia de la Infancia Misionera en el editorial del nuevo número del Boletín de la POSI, que se acaba de publicar, y que está dedicado al testimonio. “Con el bautismo todos hemos sido invitados, y de ello somos responsables, a anunciar la Buena Noticia, primero con el testimonio de la vida y, después, también con las palabras para llevar a todos, la luz de Cristo – escribe la hna. Roberta -. Dar testimonio es compartir con humildad la fe y la alegría que lo acompaña, y ¿quien mejor de los niños y adolescentes pueden enseñarnos esta actitud humilde del discípulo? Precisamente, ellos, con la simplicidad y la disponibilidad que los caracteriza, son hoy en el mundo testigos gozosos y creíbles de este anuncio, capaces de trasmitir la belleza de la fe en Cristo y del pertenecer a la Iglesia. Es fundamental, por lo tanto, la obra de formación y de animación realizada junto a ellos para que sean testigos del Evangelio”.
Las primeras páginas del número están dedicadas a Mons. Charles de Forbin Janson, , fundador de la Obra de la Santa Infancia, testigo de la pasión misionera y profeta de la tarea de los niños en la acción evangelizadora de la Iglesia. “En la actualidad, esta Obra sigue siendo indispensable, puesto que la infancia es todavía hoy en día uno de los eslabones más débiles de la sociedad. Padece hambre, guerras, maltrato, explotación sexual y laboral, enfermedades y falta de expectativas de futuro, entre otras muchas carencias. Por ello, el proyecto ideado por Charles de ForbinJanson es más necesario que nunca, más de ciento setenta años después de su creación” escribe Concha Fernández González, que subraya: “A día de hoy, no existe ningún otro organismo o institución que base la ayuda a la infancia en la cooperación desinteresada y solidaria de los niños entre sí”.
En consonancia con el tema del número y la celebración anual de la Jornada de la Infancia Misionera, generalmente en la Epifanía, la parte más consistente del Boletín describe las múltiples experiencias de los niños y jóvenes de la POSI comprometidos con alegría y entusiasmo para dar testimonio del Evangelio de Jesús en todas las latitudes. Las noticias provienen de las Direcciones nacionales de Guinea Bissau, Tanzania, Uganda, Burundi, Irlanda “Como animadora de la Infancia Misionera – explica la hna. Béatrice Miryozi desde Burundi - soy muy feliz cuando los niños, miembros del grupo cuentan que sus padres los dejan participar libremente a los encuentros y a las actividades previstas en la Infancia Misionera. Me da gusto ver que los niños son responsables, que son un buen ejemplo para los demás, ya sea en la escuela que en la familia. Entre ellos hay algunos que son miembros del grupo apostólico. Hay también niños de otras religiones que les gusta participar a algunos encuentros y a algunas actividades de la Infancia Misionera”.
Suzana Mané, de la misión católica de Cacine en la diócesis de Bafatá, en Guinea-Bissau, cuenta que “para una niña, ser testigo de Jesús en Guinea Bissau significa vivir la Palabra de Dios en las pequeñas cosas cotidianas, respetar a los padres, participar en la catequesis y en los movimientos católicos, comportarse bien en la escuela. Con el Covid no debe haber sido fácil detener todas las actividades, pero mi alegría ha sido la de participar cada domingo por medio de Radio Sol Mansi en las celebraciones eucarísticas y haber podido participar a la sensibilización del Covid casa por casa: para mí ha sido el más grande testimonio afrontando así miedo y timidez”.
Desde Irlanda Eva Watras comparte su testimonio: “Anuncio la Buena Noticia del amor de Dios yendo a misa y contando a las personas las cosas maravillosas que Dios y Jesús han hecho por nosotros. Puedo realizar la obra de Dios en la iglesia, en casa, en la escuela, y en los lugares de caridad. Rezo en casa antes y después de acostarme. Rezo también en la escuela. Para mí es más fácil hablar con Dios en lugares quietos y en ambientes tranquilos. La pandemia ha hecho más difícil seguir el ejemplo de Jesús porque no he podido ir a misa a rezar”.
Otros testimonios presentados en este número de enero de 2021 del Boletín provienen de las diócesis: la diócesis de Loikaw en Myanmar, Wat Songkhon en Tailandia, Vanimo en Papua Nueva Guinea, Palghat en India, Umzimkulu en Sudáfrica, Nakuru en Kenia, Kasana-Luweero en Uganda, Kabwe en Zambia y Cabinda en Angola.
El boletín se cierra con una descripción de la animación de la Infancia Misionera en Togo. Don Donald C.D. Fadaz, Director Nacional de las OMP, explica como la pandemia ha tenido un impacto consistente en las actividades normales de la POSI, sin embargo, la Jornada de la Infancia Misionera se celebró a nivel de cada parroquia: “los soportes pedagógicos de animación imprimidos y distribuidos por la Dirección Nacional, han permitido vivir el acontecimiento y rezar en comunión con la Iglesia universal. Además, las emisiones radiofónicas conducidas por el Director Nacional y por los directores diocesanos, han permitido dar una larga resonancia a la celebración y, sobre todo, rezar cada día por los niños y adolescentes, futuro de la Iglesia y de la sociedad”.



Agenzia Fides
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