Bor - Las constantes aglomeraciones por reuniones públicas con motivo de eventos, incluidos los servicios religiosos dominicales, han provocado la intervención de las autoridades policiales de Bor, capital del estado de Jonglei, ubicada en el oriente del país.
Debido al incumplimiento de las medidas de prevención previstas contra el Covid durante las funciones, las autoridades han advertido a las iglesias que pondrán sanciones severas contra quienes se encuentren en condición de violación de las medidas.
A fines del mes pasado, luego de una nueva ola de infecciones por coronavirus, el Grupo de Trabajo Nacional sobre COVID-19 emitió una orden que prohíbe todas las formas de reuniones sociales hasta el 3 de marzo. En un comunicado a una emisora local, el portavoz de la policía estatal John Mawut Ngangha dijo que había aplicado medidas preventivas contra el coronavirus en lugares de culto desde la semana pasada. Mawut enfatizó que además de hacer cumplir la prohibición del gobierno, el Grupo de Trabajo está comprometido a garantizar la educación sanitaria sobre COVID-19. “Como fuerza policial, estamos comprometidos con el fortalecimiento del orden gubernamental que prohíbe toda forma de reunión social. El domingo, asistí al servicio en la iglesia Nigel, la gente observó el distanciamiento social y se reunieron en oración bajo los árboles”, dijo Mawut.
La reacción de los habitantes de Bor no se ha hecho esperar. Los ciudadanos han dicho que conocen los protocolos por la pandemia pero que no siempre pueden cumplirlos debido a dificultades logísticas y estructurales.
El obispo James Deng de la Iglesia Episcopal de Sudán del Sur, diócesis de Makuac, ha declarado que los servicios dominicales continúan a pesar de la prohibición, enfatizando que Dios es el único faro de esperanza para los sudaneses del sur. “No veo ninguna razón por la que las iglesias deban cerrarse ya que los lugares de reunión como los mercados siempre están congestionados. Como iglesia, creemos, y es a través de las oraciones que venceremos este virus”, ha añadido el obispo Deng. “No estamos en contra del gobierno. La pandemia existe, pero no es necesario cerrar las iglesias. Además de predicar el Evangelio, educamos a las personas a lavarse las manos con jabón porque no tenemos desinfectantes y observamos el distanciamiento social” ha subrayado.
El mes pasado, el director de salud del Hospital Estatal de Bor, a través de estaciones de radio locales, comenzó un programa de formación sobre educación sanitaria sobre el virus, a pesar de que las tradiciones y los desplazamientos provocados por las inundaciones y las dificultades económicas dificultan el cumplimiento de las medidas del COVID -19.
Desde principios de esta semana, el país ha registrado 148 nuevos casos, lo que eleva el número total de contagios registrados a 5.710.
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