“Conocí a la hermana Gloria Cecilia Narváez cuando comenzó su vida religiosa - cuenta la hermana Noemi a Fides -. Desde muy joven demostró sus cualidades como educadora y como tal se preparó para el servicio en este campo. Son muchas las instituciones educativas en las que ha trabajado. El Colegio de Samaniego, en el sur de Colombia fue el último instituto del que fue directora, luego dio sus primeros pasos como misionera en el sur de México, en Apatzingán, Michoacán. Después de una preparación particular, fue enviada a Boukoumbé, en Benin, en África, siempre como educadora. Seis años fueron suficientes para que quedase profundamente encantada por África y su gente. Luego, la Congregación la envió como jefa de trabajo a Karangasso, Mali. Allí acompañó a las hermanas de su comunidad que realizan el servicio misionero en el centro de salud, en un hogar para niños huérfanos, un centro de promoción de la mujer, que incluye un proyecto de alfabetización de 700 mujeres de los pueblos, y en la catequesis de niños y jóvenes locales”.
La hna. Noemi describe en pocos trazos la figura de la misionera secuestrada: “Su amor a las hermanas, su sencillez y cordialidad en las relaciones, su espiritualidad y vida de oración, la hacen una persona muy cercana a Dios y al pueblo. Esto la llevó a comprometerse cada vez más con los pobres, obligándola a buscar creativamente nuevas soluciones a las situaciones más urgentes de las personas que se le presentaban”. El último acto heroico de generosidad y amor lo llevó a cabo en el momento del secuestro, como explica la hna. Noemi: “Cuando los secuestradores arrestaron a una de las hermanas de la comunidad, ella salió de su escondite y les dijo: yo soy la más grande, la responsable, dejadla ir. Entonces los secuestradores soltaron a la hermana y se llevaron a la hermana Gloria en su lugar”.
La hna. Gloria Cecilia Narváez Argoti, religiosa colombiana de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de María Inmaculada, fue secuestrada mientras cumplía su misión en Karangasso, en el sur de Malí, la tarde del 7 de febrero de 2017. Alrededor de las 21:00 horas, un grupo de hombres armados irrumpió en la parroquia de Karangasso en Koutiala, una zona considerada tranquila y relativamente segura, secuestrando a la religiosa. El 1 de julio, el grupo Al Qaeda de Malí, a través de la red Telegram, publicó un vídeo donde aparece la religiosa colombiana y otros cinco rehenes extranjeros, secuestrados también por este grupo terrorista. Aproximadamente un año después, en enero de 2018, se publicó otro video en Internet en el que la hermana Gloria, parecía estar en buenas condiciones de salud y se dirigía al Papa Francisco para pedirle que interviniera para su liberación.
La madre de la hna. Gloria, la sra. Rosita Argoty de Narváez falleció en Pasto, Colombia, en septiembre de 2020, a la edad de 87 años y en ningún momento perdió la esperanza de poder volver a abrazar a su hija.
Sophie Petronin, la agente humanitaria francesa liberada junto con otros rehenes occidentales, incluido el p. Pierluigi Maccalli, el 8 de octubre del 2020, al ser liberada declaró que la hna. Gloria está viva, pero necesita atención médica. La ex rehén francesa también dijo que pasó la mayor parte de su cautiverio con la religiosa colombiana. Las dos mujeres estuvieron juntas todo el tiempo hasta el 5 de octubre, cuando Petronin fue transferida para su posterior liberación pasando por unos 30 campos diferentes. El Cardenal Jean Zerbo, Arzobispo de Bamako, ha pedido la liberación de todos los rehenes que aún se encuentran en manos de los grupos yihadistas: “Cada vez que rezamos, le pedimos al Señor la liberación de la Hermana Gloria y todos los demás rehenes. Esta es una gran humillación para Mali. Vinieron a hacer el bien y fueron secuestrados por bandidos, como si fueran esclavos. Es algo muy triste para nuestro país”.
.
Publicar un comentario