Lahore - Indignación y condena por "un crimen bárbaro, inhumano y atroz"; petición a los gobiernos provinciales y federales para que "castiguen firmemente los asesinos"; llamamiento a las organizaciones internacionales para promover la protección de las minorías religiosas en India y Pakistán: es lo que piden la Comisión Nacional para el Diálogo Interreligioso y el Ecumenismo y la Iglesia de Pakistán estigmatizando juntos el brutal asesinato de Saleem Masih, un joven cristiano asesinado en los últimos días en el distrito de Kasur, en Punjab. Según la información recibida en Fides, varios líderes religiosos cristianos y musulmanes se reunieron ayer en Lahore para discutir el tema y decidir qué hacer. La reunión fue presidida por Mons. Azad Marshal, obispo anglicano de la diócesis de Rawalpindi, en la Iglesia de Pakistán, en presencia, entre otros, del p. Francis Nadeem OFM Cap, Secretario Ejecutivo de NCIDE, p. Emmanuel Khokhar y el líder islámico Muhammad Asim Makhdoom. Todos los presentes "expresaron su profundo pesar" por lo ocurrido, una clara señal de intolerancia generalizada hacia los cristianos, y también por el comportamiento de la policía que no tomó medidas más duras, poniendo en libertad inmediatamente después del arresto, a los perpetradores del crimen.
El p. Francis Nadeem OFM Cap declara a Fides: "Es responsabilidad del estado proporcionar seguridad a todos los ciudadanos del país sin ningún tipo de discriminación. Todos los ciudadanos, de todas las religiones, son iguales, contribuyen al desarrollo de su amada nación y merecen igualdad de derechos. Somos una nación y vivimos bajo una sola Constitución y una sola bandera. El estado debe hacer cumplir estos principios fundamentales".
El obispo Azad Marshal ha afirmado a Fides que él mismo "presentará una denuncia contra los criminales y no dará un paso atrás hasta que los perpetradores reciban el castigo apropiado".
La asamblea de líderes religiosos también ha expresado su tristeza y amargura por la persecución sufrida por los cristianos en Paskistán, y ha recordado la sufrida por los musulmanes de la India, invitando, en ambos escenarios, a evitar cualquier ley y comportamiento discriminatorio ya a respetar el "principio de ciudadanía".
Según la información de Fides, la asamblea ha tomado las siguientes decisiones: lanzar un llamamiento a las organizaciones mundiales de derechos humanos "para que tomen medidas inmediatas para detener la violencia contra los musulmanes en la India y contra las minorías religiosas en Pakistán"; lanzar un llamamiento al gobierno de Pakistán para que, "en lugar de proclamar consignas vacías, tomar medidas prácticas para evitar este tipo de incidente en el futuro", llevar a los responsables del asesinato de Saleem Masih ante la justicia y promover activamente la armonía interreligiosa en Pakistán .
Saleem Masih, de 22 años, un agricultor cristiano, fue brutalmente torturado por unos terratenientes locales en el Kasur tras ser acusado de "contaminar" un pozo al bañarse en el mismo. El 25 de febrero, Saleem había terminado de trabajar en los campos de la aldea de Baguyana y se estaba refrescando cuando un grupo de hombres musulmanes, incluidos Sher Dogar, Iqbal, Altaf, Jabbar y Haji Muhammad, comenzaron a golpearlo. Lo maldijeron y lo golpearon, llamándolo "sucio cristiano". Lo encadenaron de manos y pies, y continuaron torturándolo con palos y una barra de hierro al rojo vivo, causándole múltiples fracturas y lesiones internas y externas, en todo su cuerpo. Los agresores lo tuvieron encerado y gravemente herido durante unos tres días antes de devolverlo a su familia. El joven, que fue llevado al hospital en Lahore el 27 de febrero, no pudo sobrevivir debido a las heridas sufridas y murió el 28 de febrero.
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