Port- Louis - "Me siento profundamente solidario con todos ustedes durante este tiempo de cuarentena que estamos experimentando Aunque estar encerrados es difícil, pido el estricto cumplimiento de las instrucciones de las autoridades. Al hacerlo, respetaremos a nuestros hermanos y hermanas", dice el cardenal Maurice Piat, obispo de Port-Louis, en su mensaje, en el que invita a la población a seguir estrictamente las instrucciones de las autoridades para prevenir la propagación del coronavirus que causa la enfermedad COVID-19.
El Cardenal ya había ordenado el 19 de marzo que las iglesias permanecieran cerradas hasta nuevo aviso, además, en las celebraciones funerarias, solo están autorizadas a participar 20 personas al máximo. "Por el momento, las iglesias no podrán acoger a los fieles", ha anunciado el cardenal Piat, añadiendo que "estamos invitados a abrir nuestros corazones a los demás y orar por ellos". En particular, "oremos por los ancianos y los enfermos que son más vulnerables; oremos por los médicos y trabajadores de la salud que se someten a dura prueba; oremos por aquellos cuya situación económica se ve afectada por la epidemia; oremos por aquellos que viven en condiciones difíciles de miseria o soledad".
Todos los líderes religiosos de la isla han decidido colaborar con las autoridades para implementar las medidas de prevención. El presidente de la mezquita de Jummah, Nissar Ramtoolah, ha declarado que "las instrucciones con respecto a las precauciones que deben tomarse ya están vigentes en las mezquitas".
En Mauricio, se han producido 28 casos de coronavirus desde el 18 de marzo y 2 pacientes han fallecido. La isla ha cerrado su aeropuerto, sus puertos y ha decretado el toque de queda desde las 8 de la tarde del 23 de marzo al 2 de abril. El Primer Ministro ha advertido que durante el toque de queda, solo las personas con un permiso especial emitido por el comisario de policía podrán moverse, de lo contrario estarán sujetas a sanciones.
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