Abidjan – “Pido a los feligreses que no cedan ante el desánimo, que no tengan miedo, que mantengan la esperanza en este domingo de alegría. Les pido que permanezcan siempre vigilantes y que recen”, así lo ha dicho el p. Alain Lézou, párroco de Notre Dame des Douleurs en Yopougon Niangon Lokoa, en Costa de Marfil, donde en algunas diócesis se ha suspendido la celebración comunitaria de la misa al menos durante las próximas dos semanas.
"Un domingo sin misa, es una situación difícil para los fieles", comenta un feligrés a Fides. "Es difícil de soportar porque la misa es la culminación de la vida de un católico. Cuando no hay misa, recurrimos a la oración familiar como lo estamos haciendo".
Las diócesis donde se han suspendido las misas son las de Yopougon, Agboville, Katiola y Abidjan.
En una carta dirigida a los agentes pastorales de las diócesis mencionadas, los obispos recomiendan que los fieles continúen pidiendo misas y que los sacerdotes las celebren de forma privada. Los obispos de estas diócesis también han dispuesto que se muestre el Santísimo Sacramento todos los días al pueblo de Dios para su adoración permanente.
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