Kabul - “Las estructuras sanitarias en Afganistán no pueden hacer frente a una pandemia como el Covid-19. En este momento, que incluso Occidente está en dificultades, solo podemos imaginar remotamente lo que podría suceder en una situación como la afgana: donde faltan equipos médicos - a excepción de las ciudades -, y sería objetivamente difícil no solo aplicar, sino también simplemente comunicar todas las medidas de seguridad que se están llevando a cabo actualmente en Italia. Sería un desafío imposible detener la vida de un pueblo y hacerles llegar las ayudas. Apenas puedo imaginar Kabul completamente bloqueada”. Es la declaración realizada a Fides por el Barnabita p. Giuseppe Moretti, misionero en Afganistán desde 1990 al 2015, evaluando las consecuencias de una posible expansión del contagio por Coronavirus en el país asiático.
La situación de salud ya precaria en sí misma se ve además empeorada según señala el Barnabita, por la inestabilidad del gobierno, caracterizado por el dualismo entre el presidente electo Ashraf Ghani y su oponente Abdullah Abdullah, ambos autoproclamados ganadores de las últimas elecciones: “Me pregunto quién decidirá ante una posible crisis de salud. La esperanza es que, frente a este problema, puedan encontrar una solución unitaria. También esperamos que los talibanes tengan un mínimo de humanidad y permitan la ayuda y el cuidado de los enfermos".
Hace apenas unos días, el movimiento talibán hizo saber que no obstaculizará el acceso del personal de organizaciones internacionales comprometidas en ayudar contra la propagación de Covid-19 en Afganistán.
Según la Organización Mundial de la Salud, 34 personas han contraído el coronavirus en Afganistán. Los últimos casos se refieren a dos diplomáticos, cuatro soldados italianos y un primer caso en la capital, Kabul. En el país no hay conciencia del peligro asociado a la pandemia. Según refiere a Fides, el líder del movimiento ambientalista "Friday For Future - Afganistán", Qais Murshid, de hecho, "los primeros casos afganos probablemente fueron importados de Irán: unas 15 mil personas cruzan la frontera diariamente pero aquí muchos aún no han tomado el problema en serio”.
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