Kara – Después del estallido de la crisis de salud debido a COVID-19, los gobiernos de muchos países africanos han tomado medidas drásticas, con el cierre de estructuras y el aislamiento. Por otro lado, las conferencias episcopales africanas han ordenado el cierre de las iglesias y la suspensión de los sacramentos. En África, muchos cristianos católicos se sienten desconcertados en esta nueva realidad y especialmente en esta dinámica de comunión espiritual: “Es un nuevo viaje difícil de vivir, una 'intrusión' de este virus, en el mundo de los cristianos católicos que tienen que enfrentarse a su nueva realidad a la que es difícil adaptarse", explica el p. Donald Zagore, teólogo marfileño de la Sociedad para las Misiones Africanas.
“Hay quienes intentan construir una iglesia doméstica, organizando la oración familiar con sus propios medios; quienes sufren porque no pueden orar en familia, demasiados acostumbrados y demasiado apegados a los servicios pastorales ofrecidos por la Iglesia", subraya el p. Zagore. “Hoy es realmente difícil para los fieles africanos concebir una fe sin una iglesia, sin sacramentos y sobre todo sin sacerdotes. Si hasta ahora han sido guiados por estructuras bien establecidas como la Iglesia, la jerarquía, los sacramentos, hoy deben encontrar una manera de hacerlo por su cuenta. Por ello, esta emergencia también representa una oportunidad para el crecimiento de nuestros cristianos y para una mayor responsabilidad de su fe. Estoy seguro de que la Iglesia africana debido a esta crisis de salud se fortalecerá con cristianos católicos más fuertes", concluye el misionero.
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