Ciudad del Vaticano – “La paz no se puede lograr sin la opción valiente y desinteresada de anteponer a la persona humana a todos los demás intereses”, reza la nota de Cáritas Internationalis enviada a la Agencia Fides con motivo de la Jornada Internacional de la Paz que se celebra el 21 de septiembre de cada año. Se trata de una oportunidad importante para promover la paz como valor único y asegurar el compromiso incondicional con la paz, independientemente de cualquier diferencia.
De acuerdo con las enseñanzas del Papa Francisco, la organización cree firmemente que la paz es una cultura que debe cultivarse, compartirse y vivirse en todos los niveles de la sociedad.
El llamamiento recibido por Fides reafirma, entre otros puntos, la urgencia de poner fin a la guerra y la violencia en todo el mundo, especialmente en Oriente Medio, para promover el diálogo para encontrar una solución política a todos los conflictos; eliminar las sanciones económicas para alentar a los líderes políticos a sentarse a la mesa de negociaciones; apoyar el compromiso de los líderes religiosos y las comunidades religiosas en la promoción del diálogo interreligioso y la promoción de la paz en las zonas de conflicto.
“En un momento en que la pandemia de COVID-19 nos ha revelado a todos la fragilidad de la existencia humana y ha unido a la humanidad en su conjunto en la lucha contra la propagación del virus, debemos luchar contra todas las formas de división y odio. Cualquier persona, por naturaleza, aspira a la paz y la armonía y quiere vivir su vida con dignidad”.
También inspirada en la encíclica Populorum Progressio en la que Pablo VI afirma que el desarrollo es el nuevo nombre de la paz, Cáritas se compromete a promover la paz a través de la construcción de comunidades locales que vivan su fraternidad con el diálogo y el compartir.
Lamentablemente, todavía hoy hay millones de personas que no pueden vivir con dignidad debido a las guerras y la violencia, que perecen a causa de los conflictos, cuya motivación radica en el egoísmo, la codicia, la corrupción, la discriminación religiosa y étnica y la explotación ilegal de los recursos naturales.
Entre las muchas iniciativas lanzadas, se encuentra la que Cáritas Myanmar, junto con la Iglesia local, está llevando a cabo en los estados de Kachin y Shan del Norte. Es un programa de paz para desplazados internos y comunidades afectadas por conflictos. En Mindanao, Filipinas, se están haciendo esfuerzos para encontrar una solución pacífica en una región donde prevalece la violencia. En Pakistán, el objetivo es promover la paz y la armonía entre las comunidades a través de pequeños proyectos de desarrollo. En la República Centroafricana, el arzobispo de Bangui, junto con el imán y el líder de la Iglesia protestante, está a la vanguardia de la promoción de la paz y la reconciliación. En Colombia, Cáritas fortalece los procesos de desarrollo para una transformación no violenta de los conflictos a través de la participación y el empoderamiento de las comunidades locales.
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