La suspensión, que entró en vigor el 15 de septiembre de 2020, se ha producido tras dos ataques sacrílegos a la parroquia el 12 de agosto y el 13 de septiembre de este año por personas aún no identificadas.
El decreto que sanciona la suspensión de las actividades pastorales establece que "La parroquia estará cerrada de ahora en adelante a partir de la celebración de la Santa Misa y de todas las demás actividades pastorales de acuerdo con el Canon 1211, con efecto desde hoy, 15 de septiembre de 2020, hasta nuevo aviso”.
Los asaltantes ingresaron a la capilla de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento y al edificio principal de la iglesia; profanando la Santísima Eucaristía y saqueando los sagrados cálices por los que toda la iglesia ha quedado profanada.
El cierre, según el decreto, “es para permitirnos prepararnos adecuadamente a la penitencia que exige la ley para reparar el daño que esta profanación ha hecho al Sagrado Cuerpo de Cristo”.
“Las actividades pastorales se reanudarán solo después de que se haya realizado una reparación proporcional a este sacrilegio y se garanticen plenamente mejores estructuras de seguridad para la parroquia de acuerdo con los requisitos canónicos. Hecho esto, toda la comunidad de culto de esta parroquia, entre otras cosas, deberá hacer una novena de reparación que finalizará con un rito de expiación acorde con las normas litúrgicas diocesanas”, explica el decreto firmado por Mons. Anagbe.
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