Friburgo - "Aquí estoy: envíame": es el tema elegido para el Mes Misionero de octubre por Missio, las Obras Misionales Pontificias de Suiza. La Iglesia de Guinea y el papel de los laicos estarán, por tanto, en el centro de la reflexión y del compromiso. Como en todo el mundo, la coronación del Mes Misionero será la celebración de la Jornada Mundial de las Misiones, el 18 de octubre.
“El tema del Mes Misionero 'Aquí estoy, envíame' se refiere a la vocación de Isaías. Desde el Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019 hemos recobrado la conciencia de que todo bautizado tiene una misión y es un misionero, según el Papa Francisco. Ahora tenemos que ponernos a prueba, como Isaías, para responder 'aquí estoy' y embarcarnos en una aventura con Dios”, explica Martin Brunner-Artho, director de Missio, en la nota enviada a Fides.
“Aquí estoy” es la respuesta que dan cientos de católicos guineanos, llamados a encargarse de su joven Iglesia tras la salida de los extranjeros, expulsados del país en 1967. Aunque la Iglesia guineana sobrevivió a una dictadura y es floreciente en la actualidad, sigue siendo frágil. El papel de los laicos, hoy como ayer, es grande, subraya de nuevo la nota. En Suiza se plantean varios desafíos a los católicos, empujados a redefinir su Iglesia. Tanto en Suiza como en Guinea, todos deben encontrar su lugar en la Iglesia para que sea fecunda. Missio ha preparado material de animación disponible para todas las parroquias de Suiza, para invitar a todos, durante el mes de octubre, a inspirarse en el ejemplo de Guinea y a reflexionar sobre su lugar en la Iglesia y su forma de vivir la Buena Nueva cada día. El Mes Misionero se inaugurará oficialmente el domingo 4 de octubre en Meyrin, y el domingo 18 de octubre culminará con la Jornada Misionera, que se celebrará en todas las parroquias, con oración y con la colecta de ofrendas, destinadas al fondo de solidaridad universal que apoya a las diócesis pobres. Entre estas se encuentran N’Zérékoré y Kankan, en Guinea, visitadas por Missio. La diócesis de N’Zérékoré estaba dirigida por un obispo suizo, Mons. Maillat, quien tras su expulsión del país tuvo que tomar las riendas de la diócesis de Suiza. Todavía existen vínculos entre los dos países. “Las amistades entre los sacerdotes, entre los aprendices guineanos y sus antiguos formadores suizos, entre las parroquias y los grupos solidarios que apoyan las obras sociales en Nzérékoré son muy fuertes”, ha comentado al respecto Martin Brunner-Artho.
Publicar un comentario