Yangon - “El futuro de Myanmar se basa en su rica historia y tracción de convivencia multireligiosa y multiétnica. A nivel más profundo, este prometedor futuro está asegurado por los valores y las virtudes de la compasión, del bienestar compartido y de la justicia presentes en las grandes tradiciones religiosas de Myanmar”. Lo afirman los líderes religiosos de Myanmar, reunidos en el forum “Religions for Peace”, guiado por el Cardenal Charles Maung Bo, en una Carta especial a la población lanzada hoy, 24 de mayo, y enviada a la Agencia Fides.
En el texto se lee: “Como líderes budistas, cristianos, hindúes y musulmanes de Myanmar y de toda la región, os escribimos en solidaridad con la esperanza de paz. Permanezcamos unidos ahora en este momento crucial, en el que se determina el futuro de esta nación. A través de los incansables esfuerzos de innumerables hombres y mujeres, os habéis esforzados en superar el sufrimiento y curaros de las heridas del pasado. Myanmar ha demostrado al mundo que es posible una transición pacífica del poder”.
La carta recuerda que “durante el gran desastre del ciclón Nargis en el 2008 los monjes budistas salvaron a las personas afectadas en todas las aldeas; las agencias humanitarias cristianas distribuyeron ayudas a todos los que sufrían; hindúes, musulmanes y otros grupos se unieron para ayudar a sus compatriotas” y afirma: “La compasión y la vida en común son los valores fundamentales del pueblo de Myanmar y la unidad en la diversidad es la fuerza de esta nación”.
Luego los líderes religiosos reiteran: “Rechazamos el uso indebido de la religión y la raza para dividir a nuestro pueblo” y se comprometen a aportar su contribución “para resolver conflictos intercomunitarios y avanzar en la reconciliación nacional”, expresando sus “oraciones por la paz en la Conferencia de Panglong”, que “fortalecerá la transición de la dictadura a la democracia, del conflicto a la paz”.
Los líderes toman nota de “la creciente hostilidad y grandes movimientos de personas en los estados de Kachin y Shan, que debilitan aún más el proceso de paz y reconciliación”, comprometiéndose “a trabajar con el gobierno para llegar a un acuerdo nacional basado en un sistema federal democrático en Myanmar”.
La carta afirma: “Compartimos una visión del desarrollo en Myanmar, que se basa en la noción de la dignidad humana, los derechos humanos y el bien común. En la base de la paz sostenible está el respeto y la realización de la dignidad humana, la innegable y sagrada esencia arraigada en nuestra naturaleza como seres humanos y como pueblos”. Los líderes religiosos nos instan a recordar que “la profunda herencia espiritual de Myanmar se expresa en las enseñanzas de las grandes religiones mundiales practicadas en este país”, el budismo, el cristianismo, el Islam y el hinduismo, tradiciones religiosas que enseñan “compasión y reconciliación”, como reiteró el Papa Francisco en su visita al país.
Señalando “la incitación al odio en las redes sociales que viola los principios espirituales fundamentales de tolerancia y respeto” y las grandes masas de refugiados, los líderes “imploran al gobierno de la Unión que tome las medidas necesarias para garantizar la paz y el bienestar de las poblaciones desplazadas y marginadas”, citando la difícil situación de todas las comunidades que viven en el estado de Rakhine.
En esa situación, se invita a la ONU a “facilitar el proceso para dar vida a la paz, al desarrollo, a la educación y a los derechos humanos para todas las comunidades en el estado de Rakhine”, haciendo un llamamiento a “una solución basada en la dignidad humana y el bienestar compartido”. “El futuro del pueblo de Myanmar está en nuestras oraciones”, concluye la Carta, firmada por el Cardenal Bo y por todos los líderes religiosos de “Religons for Peace”.
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