Dabeiba - “Hoy continuamos realizando nuestra misión evangelizadora en actitud itinerante, a partir de la inserción en las culturas, respetando su identidad, iluminándolas con la Palabra de Dios”, “Hoy se cuenta con indígenas capacitados, que han logrado profesionalizarse y ocupar puesto públicos importantes como concejales, diputados, representantes dentro del Congreso de la República”, “Ha surgido entre ellos, educadores, agentes de pastoral y un sacerdote de la región que se proyectan a sus comunidades con propuestas concretas”, así lo declara a la Agencia Fides, la Hna. Rubiela Marín Agudelo, de la Congregación Hermanas Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena, más conocidas como las Misioneras de la Madre Laura, en honor al nombre de su madre fundadora, Laura Montoya, quien luchó desde el principio de la obra, para “que los indígenas, fueran reconocidos como personas e hijos de Dios, en una sociedad que los catalogaba en su época – hace más de diez décadas- como seres irracionales e incapaces de cualquier iniciativa”.
La Congregación ha celebrado este 14 de mayo 104 de su fundación y trabajo misionero en favor de los pueblos indígenas de Embera katío, en la Selva de Dabeiba, en Colombia.
Al hablar sobre el trabajo misionero y la defensa de los derechos de este pueblo, la religiosa denuncia que “los indígenas por lo general, se han enfrentado y se enfrentan a colonos inescrupulosos que entran a sus territorios y con astucia se van apoderando de las tierras, para la siembra de coca, generando conflictos de amenazas, violaciones y desalojo. Por los intereses económicos de algunas empresas multinacionales se han proyectado diferentes mega-proyectos en la región, propiamente en los territorios indígenas, tales como la explotación de los recursos naturales, principalmente en minería y madera. Todo lo anterior unido a la presencia de grupos armados legales o ilegales, ha llevado a muchos líderes y dirigentes indígenas a inscribirse en sus filas o a tomar partido, incidiendo en graves problemas de persecución, desalojo, y asesinatos de líderes indígenas y campesinos”.
“Ante la coyuntura del proceso de paz que vive el país”, uno de los principales retos que tienen la Congregación es “lograr promover espacios de reconciliación y paz como aporte a la reconstrucción del tejido social del País, especialmente en las zonas campamentarias y zonas de influencia de las mismas, donde están replegados los reinsertados de las guerrillas de las FARC”, declara la Hna Rubiela, quien ha trabajado 16 años con la población Embera Katío, en Colombia.
“La Congregación evangeliza y promueve los derechos de los indígenas Embera Katío, ante todo, acompañándolos en las organizaciones locales y regionales, sembrando conciencia a través de talleres de reflexión, con asesores y asesoras conocedores de la realidad. En ocasiones acompañándolos en marchas por la defensa de la vida, de sus derechos y territorio. Igualmente se les ha acompañado cuando se puede, en la toma de decisiones relacionadas con la no aceptación de los proyectos mineros, hablando coordinadamente con ellos, con los grupos armados para que respeten su organización y autonomía y hablando con los organismos internacionales de protección a los derechos humanos”, informa a Fides la misionera Laurita – y agrega refiriéndose a los 104 años de misión – “Aunque las circunstancias han cambiado, estos grupos humanos siguen existiendo en escenarios extremos de vida o muerte; reclaman nuestra presencia renovada y esperanzadora, capaz de presentar el Evangelio comprometido con la defensa de la vida, territorio y cultura de los pueblos”.
Los indígenas Embera Katío representan el 2,7% de la población indígena de Colombia. Se encuentran sobre todo en el departamento de Antioquia, seguidos por los departamentos de Chocó y Córdoba. Sin embargo, también están asentados en Panamá y Ecuador. La Madre Laura, canonizada el 12 de mayo de 2013, fue la primera religiosa que comenzó en 1914 la misión en las comunidades emberá-katío, en el municipio de Dabeiba Antioquia, en Colombia.
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