Yaoundé - "La situación es dramática. Las fuerzas del orden continúan asesinando a los civiles. Miles de personas buscan refugio en el extranjero o en otras provincias del país". El p. Ludovic Lado, Jesuita, delinea un panorama dramático de la crisis que está en acto en las provincias anglófonas de Camerún. Según el religioso, se están perpetrando continuas violaciones de los derechos humanos.
Desde hace años las provincias anglófonas, ex colonias británicas unidas a Camerún después de la independencia , piden más espacio para sus usos y costumbres y reivindican una mayor autonomía. A partir del 2016 las manifestaciones de descontento se han ido haciendo más frecuentes. El 1 de octubre de 2017, las franjas más extremistas llegaron a declarar la independencia de las dos provincias anglófonas del Camerún y el nacimiento de la República de Ambazonia.
Ante esta situación, el gobierno francófono de Yaoundé ha reaccionado con mano dura, enviando militares y fuerzas del orden para reprimir cualquier forma de sublevación. A día de hoy se cuentan ya más de 150 víctimas – entre ellos 64 civiles -, 160.000 desplazados y unas 26.000 personas huidas a Nigeria.
"Las peticiones de autonomía son legítimas – continúa el padre Lado – y creo que el regreso a una Constitución federal, como la que fue abolida en 1972, podría garantizar a estas provincias esa autonomía. La mayoría de la población anglófona no quiere la independencia y se desvincula de las reivindicaciones independentistas del movimiento por la Ambazonia. No solo eso, sino que gran parte de los anglófonos es contraria también a los métodos violentos. Creo que la violencia hay que rechazarla siempre".
El presidente Paul Biya y el gobierno de Yaoundé parecen estar sordos a las instancias de los anglófonos. “Algunas personalidades – explica el padre Lado – han pedido que se abriese una confrontación pacífica y se pusiese fin a la represión. El presidente Paul Biya y el gobierno han ignorado estos llamamientos. Creo que por una cuestión de oportunismo. En 2018 se tendrán elecciones presidenciales y la clase política de Yaoundé teme que la crisis tome un camino que no puedan gestionar. Pero ¿no se dan cuenta que cada vez hay más jóvenes que están tomando las armas contra el gobierno? La represión solo empeorará la crisis”.
El Departamento de Estado americano ha condenado la creciente violencia. La Unión europea ha pedido al gobierno de Camerún que use solo la “fuerza proporcionada" para frenar la revuelta. El 16 de mayo, en una carta, firmada por el presidente mons. Samuel Kleda, arzobispo de Douala, la Conferencia episcopal del Camerún ha denunciado la "violencia inhumana, ciega, monstruosa y una radicalización de las posiciones” en curso en las provincias anglófonas. Los obispos piden “una mediación para salir de la crisis y salvaguardar nuestro país de una guerra civil inútil y sin fundamento”.
"Los enfrentamientos continuarán hasta que no se resuelvan los problemas que están en la base de esta crisis – concluye el padre Lado -. La gente está exasperada por una política que no los escucha y es por esto que continua y continuará a resistir a la represión de las fuerzas del orden. Hace falta un cambio de dirección por parte del gobierno, pero por ahora me parece difícil”.
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