Alto Solimões - El Sínodo Panamazónico es un proceso en el que resulta imprescindible la participación de las Iglesias locales. Poco a poco, esa implicación se va dando, como reconoce a la Agencia Fides el obispo de Alto Solimões – Brasil, Monseñor Adolfo Zon Pereira, para quien “el Sínodo se inició en Puerto Maldonado y allí ya el propio discurso del Papa dio el rumbo para iniciar el Sínodo”. Como un primer paso, en la diócesis dirigida por el religioso javeriano , “recogimos esa llamada y ya en el encuentro de pastoral que tuvimos en Pascua nos dedicamos a bañarnos y comenzar también a participar”, afirma el prelado.
Monseñor Zon destaca a la Agencia Fides que “el Sínodo no cae del cielo, no es convocado por el Papa por acaso o porque es un esnobismo, sino que creo que es algo que se viene preparando ya desde los años cincuenta en que los obispos de la Amazonia, por lo menos de Brasil, se han preocupado siempre por responder a los desafíos de la Amazonia, intentar construir una Iglesia con rostro amazónico”. Dentro de esa historia, el obispo de Alto Solimões sitúa el punto álgido en el encuentro de Santarem, celebrado en 1972, que define como “un hito, un marco en todo este proceso” y donde surgieron los encuentros de los obispos de la llamada Amazonia Legal, cuyo tercer encuentro será celebrado el próximo mes de agosto en Manaos, y que como el mismo obispo señala a la Agencia Fides, “va a ser ya también la primera contribución de los obispos de la Amazonia para construir el instrumentum laboris, que va a ser el documento sinodal que va a ser trabajado en el Sínodo”.
Si existe un elemento que puede resultar decisivo en el Sínodo Panamazónico es la escucha de la gente, de las comunidades, conocer lo que la Iglesia de la Amazonia quiere para buscar nuevos caminos. Para Monseñor Zon, “la escucha es la gran característica del discípulo y nosotros tenemos que escuchar a la gente y a la naturaleza, porque es a través de ellas que Dios habla”. Teniendo como punto de apoyo el Salmo 18, el obispo reconoce a la Agencia Fides que “todo el firmamento, toda la naturaleza, cada uno de los pueblos es una voz de Dios que nos está diciendo alguna cosa”.
Por tanto es necesario, “estar atentos y sobre todo ir creando en nosotros esa actitud para poder escuchar en profundidad a ese Dios que nos está llamando a hacer algo nuevo”, prosigue el obispo de Alto Solimões, para quien “el mismo Sínodo va a ser esa ayuda para ponernos todos en esa actitud de discípulos que escuchan al Maestro y que después necesitan también obedecer, ser osados, como dice el Papa Francisco”.
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