Multan – “Queremos hacer de la Eucaristía el centro de nuestra vida cristiana, de nuestras familias y de nuestros hogares”. Con este espíritu, la Iglesia Católica en Pakistán celebra el año 2018 como un “Año de la Eucaristía” especial: lo ha anunciado a la Agencia Fides el Obispo Benny Travas, que dirige la diócesis de Multan y es presidente de la Comisión Litúrgica de la Conferencia Episcopal de Pakistán. Como ha referido a Fides, la idea nació de la participación de una delegación paquistaní en el Congreso Eucarístico Internacional que se ha celebrado en Cebú, Filipinas. “Ha sido una experiencia conmovedora – ha dicho el Obispo - y hemos querido resucitar este espíritu en Pakistán. Todos los Obispos de nuestra Conferencia han respaldado la idea de proclamar el 2018 como el Año de la Eucaristía”
El tema ha sido escogido del Evangelio de Juan: “Yo soy el pan de vida” y la inauguración solemne se llevará a cabo del 24 al 26 de noviembre en Karachi, con una celebración eucarística en la Catedral de San Patricio. También habrá programas e iniciativas a nivel diocesano. La ceremonia de clausura tendrá lugar en Lahore del 21 al 24 de noviembre de 2018. Un comité organizador, compuesto por un referente para cada diócesis, está preparando programas y subsidios pastorales. El obispo Travas sugiere, por ejemplo, “la adoración eucarística en cada parroquia, encuentros y catequesis para jóvenes, familias, escuelas y niños”.
La vida de los cristianos en Pakistán, concluye Mons. Travas, “ya es una vida eucarística cuando ante el sufrimiento, la violencia o la discriminación injustificada, se da gracias y alabanza a Dios, pero esta fuerza y este espíritu sólo puede provenir de la Eucaristía como fuente y culminación de la vida individual, de cada creyente que vive en nuestro amado país”.
Como confirma la Agencia Fides, en el mes de agosto se produjo el asesinato de tres cristianos en Pakistán, debido a disputas relacionadas con asuntos de propiedad, pero también de carácter religioso. “Frente a todo acto de violencia, nuestra actitud es eucarística: no respondemos al mal sino que confiamos a Dios nuestro sufrimiento, aceptando su voluntad, bendiciendo y agradeciendo, orando por la paz”.
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