Osaka - El recuperar impulso en la proclamación del Evangelio, en Japón como en otros lugares, “no depende de las metodologías puestas en marcha por parte de la iglesia, sino en volver a experimentar la caridad de Cristo”. Sólo volviendo a beber de esta fuente, las personas involucradas en la misión apostólica pueden escapar del peligro de caer en su propio activismo, hasta el punto de olvidar que su “misión primaria, como la de Jesús, es anunciar a los pobres un mensaje de gracia y proclamar la liberación al hombre víctima de tanta opresión”. Estas son algunas de las claves de reflexión que el Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, ha dirigido a los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosos y laicos católicos de la región de Osaka durante el quinto día de su visita en tierra japonesa.
A los obispos de la región de Osaka, con los que se ha reunido a primera hora de la tarde, el Prefecto del Dicasterio Misionero les ha recordado el peligro de hacer que la Iglesia se parezca a una 'agencia de servicios'. Las obras impulsadas por la Iglesia en el campo de la educación, la asistencia social y la salud en colaboración con las autoridades civiles han sido durante décadas “un signo concreto de estímulo y apoyo al pueblo japonés que ha atravesado tiempos muy difíciles desde la Segunda Guerra Mundial”, pero en la situación actual – ha señalado el cardenal Filoni- “no podemos ignorar el peligro de que el personal apostólico se convierta en 'burócrata' de la situación educativa o social, apoyado por el Gobierno, pudiendo así caer en la dinámica de la competitividad”.
No pocas veces – ha recordado el cardenal -, las actividades parroquiales vinculadas por ejemplo al funcionamiento de jardines de infancia y escuelas, o las reuniones frecuentes terminan por tomar mucho tiempo, limitando el de la pastoral y catequesis de los fieles”. Para poner un límite a estos desvíos – ha sugerido el cardenal Filoni - en algunas situaciones es apropiado “volver a pensar bien nuestro papel en los diversos sectores del servicio social”. Y si los servicios que la Iglesia hace en los diversos campos “no son adecuados al que es su fin propio y último”, ha recordado el Prefecto de Propaganda Fide, “entonces los Obispos deben tener el coraje de buscar el modo para dar la prioridad a este propósito misionero” .
El Cardenal a alentado a los representantes del episcopado japonés, a intensificar la pastoral de los inmigrantes católicos, que “podrán integrarse en la cultura y convertirse en un recurso prometedor para la evangelización de esta Tierra”.
Por la tarde del jueves 21 de septiembre, reuniéndose con los sacerdotes, religiosos y laicos en la región eclesiástica de Osaka, el cardenal Filoni ha reiterado los factores que pueden renovar un auténtico impulso misionero también en suelo japonés a la luz de lo que constantemente sugiere el magisterio del Papa Francisco .
Japón – ha señalado el Prefecto de la Congregación misionera - “no es inmune a los males que afligen a nuestro siglo: secularización, indiferencia religiosa, subjetivismo ético, pérdida del sentido de lo sagrado, que afectan a muchas comunidades cristianas occidentales antiguas”. Ha pasado cuatro siglos y medio desde que el Evangelio fue anunciado por primera vez en el archipiélago japonés, y los cristianos representan un pequeño porcentaje de la población, mientras que la mayoría de los japoneses siguen considerando el cristianismo como un elemento 'ajeno' a su cultura. Ante este estado de cosas – ha dicho el cardenal Filoni - se puede pensar en buscar refugio en una pastoral “de conservación”, que se centre en el cuidado de las instalaciones y de los pocos fieles, tal vez poniendo la confianza en las metodologías pastorales que se presentan como más 'modernas'. “Y sin embargo”, ha señalado el prefecto de Propaganda Fide, “el Papa ha repetido en muchas ocasiones que la misión no se basa en las metodologías puestas en marcha por parte de la iglesia, sino en volver a experimentar el amor de Cristo.
El problema es de fe; falta el encuentro con Cristo vivo en la caridad, falta una íntima relación con Él en la oración; cuando falta todo esto, el rostro de la Iglesia se ofusca, la misión pierde fuerza y la conversión retrocede”. En cambio, en la sociedad japonesa actual, marcada también por la soledad de los ancianos, la reducción en la tasa de natalidad, la alta tasa de suicidios, la Iglesia puede volver a ofrecer palabras de consuelo a todo el mundo, pero sólo si vuelve a llevar el mensaje de salvación en Cristo.
En este sentido el cardenal Filoni ha propuesto de nuevo el modelo de Santa Teresa de Calcuta: “No te preocupes por los números. Ayuda a una persona a la vez y siempre empieza con la persona más cercana a ti”, aconsejaba la Madre Teresa. Se trata del mismo modo de evangelización de Jesús: anunciar la buena noticia del Reino de Dios mirando a los individuos a los ojos, tanto en las parroquias, como hospitales, escuelas, en el lugar de trabajo o en las calles, en todas partes”. .
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