Sendai - “Dios os ama, a pesar de vuestros sufrimientos, no es indiferente, no se ha olvidado de vosotros”. Con estas palabras el Cardenal Fernando Filoni, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, se ha dirigido a todos los habitantes de las regiones japonesas devastadas por el tsunami del 2011. Declarándolo durante la homilía de la Misa celebrada la tarde del viernes 22 de septiembre en Sendai, la ciudad más grande de la región de Tohoku, en sexto día de su visita en tierras japonesas. Por la tarde, antes de la Misa, el Cardenal Filoni ha visitado los lugares donde todavía son visibles los efectos del desastre que el 11 de marzo de 2011 provocó la perdida de al menos 18 mil vidas humanas, a la vez que daños inestimables: “cuantas innumerables víctimas, cuantos daños provocados, cuantas familias destruidas, cuantos bienes, ganados con el duro trabajo, se han perdido, cuantas comunidades civiles y religiosas se han visto golpeadas y modificadas” ha recordado el cardenal en su homilia, dando las gracias a “todos aquellos que siguen prestando todavía en esos lugares su ayuda pastoral y caritativa entre la gente herida por el seísmo”. El Prefecto del Dicasterio misionero también ha recordado las preguntas dolorosas que surgen ante estas catástrofes: “¿Por qué existe el mal en el mundo? ¿Como se puede explicar esta realidad que suscita tanta tristeza? No siempre” ha reconocido el Cardenal Filoni “el hombre encuentra una explicación para todo lo que sucede, a veces, el permanecer mudos permite reflexionar sobre el hecho de que, ante el bien y el mal, nosotros no tenemos las respuestas adecuadas”. El prefecto ha mencionado la figura bíblica de Job, “símbolo de cada hombre que es tocado por el sufrimiento profundo y que se plantea las mismas preguntas. Ante quienes hablaban de la justicia vengadora de Dios o a las explicaciones moralistas y sin sentido, Job, a pesar de su sufrimiento, respondía que esa lógica, era fruto de explicaciones superficiales”. Cuando el mal toca nuestras vidas y las perturba – ha sugerido el cardenal - la única “cosa sabia” que puede hacerse es orar, encomendarse a Dios, “como Job”. Y la única respuesta real puede venir de experimentar la sanación que Cristo ha traído al mundo, quien al venir al mundo “tomó sobre Él nuestra debilidad, y con el sufrimiento más profundo y su muerte, destruyó el aguijón de la muerte, es decir, lo que atemoriza al hombre”. A este respecto, el Cardenal Filoni se ha inspirado en el pasaje del Evangelio de Lucas durante la liturgia y en la imagen de Jesús que “iba a las ciudades y pueblos predicando y anunciando la buena nueva del reino de Dios y curando a las personas de sus enfermedades” . “En su caminar”, ha señalado el Prefecto del Dicasterio Misionero, “Jesús encontraba a las personas; cuando se acercaba a ellos, les hablaba; cuando les hablaba, su poder espiritual les sanaba y ayudada tanto de la enfermedad física como de algunos graves males espirituales. Esto es Jesús, es lo que la Iglesia debe hacer, siempre, en todas partes y en todas las ocasiones”.
Concluyendo la homilía, el cardenal Filoni ha dicho que su visita a Sendai es signo de cercanía cristiana y solidaridad con las poblaciones afectadas por la catástrofe de 2011: “Dios os ama a pesar de vuestros sufrimientos, no es indiferente, no os ha olvidado... En Jesús, es Dios quién comparte todos vuestros problemas; pensemos por ejemplo en la inmensa solidaridad que se ha despertado en el mundo, en Japón y en la Iglesia hacia Sendai. Dios no se ha olvidado de Sendai”. Agencia Fides 22/9/2017).
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