Yangon – Tomar medidas inmediatas para detener la limpieza étnica del ejército de Myanmar contra el pueblo Rohingya y lanzar un embargo contra la venta de armas a Mynamar: esto es lo que la Ong de inspiración cristiana “Christian Solidarity Worldwide” ha pedido al Consejo de Derechos Humanos de la Onu. En una nota enviada a la Agencia Fides CSW invita al Consejo de la ONU a “tomar medidas para ejercer presión contra los militares en Bormania, sobre todo a través de un embargo global de armar y la suspensión de los programas de formación militar para el ejercito birmano”. CSW espera una pronta resolución de la Onu en la que "pida el fin de las muertes de civiles y el acceso inmediato a la asistencia humanitaria a todos los necesitados, independientemente de su religión o etnia en el estado de Rakhine”.
Mervyn Thomas, Director de CSW, declara a Fides: “La tragedia en la frontera entre Bangladesh y Myanamar en las últimas tres semanas es realmente aterradora. La comunidad internacional debe actuar para detener la limpieza étnica que ha generado el desplazamiento de al menos 400.000 civiles rohingyas, el asesinato de miles de ellos y la destrucción de cientos de aldeas. El ejército de Myanmar es responsable de esta crisis”.
Según el Director, “En los últimos seis años, Birmania ha comenzado un período de frágiles reformas y democratización que hemos recibido con satisfacción. Sin embargo, en este momento, creemos que la crisis es tan grave que es vital que se envíe un mensaje fuerte a los militares: nadie puede seguir matando indiscriminadamente. El Comandante en Jefe del Ejército, el General de División Min Aung Hlaing, es la única persona que tiene el poder de detener esta situación. La comunidad internacional debe intervenir para ejercer presión sobre él”. CSW recuerda que el ejército birmano también está violando los derechos humanos en el conflicto con otras minorías étnicas como los cristianos Kachin y los Shan.
La población musulmana de etnia Rohingya es una de las minorías más perseguidas en el mundo y es apátrida tras una ley introducida en Birmania en 1982 que revocó el derecho de ciudadanía a personas de esa etnia, a pesar de que han estado viviendo durante generaciones en el estado birmano de Rakhine. En 2012, la violencia del Estado de Rakhine causó miles de personas desplazadas y en octubre de 2016, el ejército birmano lanzó una nueva ofensiva militar contra los civiles de Rakhine después de que un pequeño grupo armado de Rohingya, ARSA , atacasen algunos de los convoyes fronterizos militares birmanos
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