Mawlamyine – “En la actual crisis en el estado de Rakhine, es urgente mostrar humanidad. Lanzamos un llamamiento por la humanidad a ambos lados, los militares Rohingya y la guerrillas. Debemos respetar y construir un futuro de paz y justicia basado en el respeto de los derechos humanos. Recordamos que durante el período de la dictadura, todas las minorías étnicas en Birmania fueron marginadas y penalizadas. Ahora queremos un cambio de enfoque del gobierno. En el estado de Rakhine hay un verdadero conflicto armado porque los rohingya han formado un ejército, el Arakan Rohingya Salvation Army , y el problema se ha complicado, convirtiéndose en un problema de seguridad”: así lo declara el obispo Raymond Saw Po Ray, que dirige la diócesis de Mawlamyine y es presidente de la Comisión de Justicia y Paz en la Conferencia Episcopal de Myanmar.
En el estado birmano de Rakhine desde el 25 de agosto, se producen combates entre el Arakan Rohingya Salvation Army y el ejército de Myanmar.
Y los que sufren más son la población civil de la minoría étnica, que se está moviendo hacia Banglsdesh, alcanzando en pocos días la cifra de 60.000 refugiados. Pero ahora Bangladesh ha comenzado a poner resistencia a la entrada de los desplazados para evitar otra invasión de personas desplazadas en un país marcado por la pobreza y la superpoblación.
El obispo dice a la Agencia Fides “la Iglesia birmana sigue orando por la paz y manteniendo esperanza en la reconciliación. En este sentido, la visita del Papa Francisco a Myanmar del 27 al 30 de noviembre parece muy oportuna y preciosa: el Papa será un apóstol de la reconciliación. Pero hay que recordar que la paz debe prepararse con un enfoque que no se centre sólo en uno mismo, sino que tenga en cuenta las necesidades y expectativas de los demás”.
“El Papa ha hablado de los Rohingya - continúa Mons. Raymond Saw Po Ray - y esperamos que su llamamiento por la paz sea bien recibido por todas las partes en conflicto. El problema de los Rohingya es muy delicado, y el uso mismo del término “Rohingya” es bastante polémico si uno lee su historia. La cuestión hoy es un tema muy sensible por las relaciones con el gobierno, que los define como 'minoría bengalí'. Por esta razón, como Obispos hemos sugerido al Papa que no use ese término en sus mensajes de paz y de respeto a las minorías”.
Ya desde 1982, la junta militar birmana había puesto en marcha una ley sobre la nacionalidad que negaba la birmana a los Rohingya: esta minoría étnica de religión islámica no es reconocida por el Estado y está privada de cualquier derecho. La violencia comenzó en el estado en 2012 y luego a partir de octubre de 2016 cuando, como resultado del desorden fronterizo, se desencadenó una caza que ha llevado a la Ong a hablar de “limpieza étnica” y “genocidio”.
A principios de 2017, más de 30.000 refugiados estaban hacinados en campamentos de refugiados. Según el informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, publicado el pasado 20 de junio, Día Mundial del Refugiado, hay 490.000 rohingyas que han abandonado sus hogares en estos años y 276.000 de ellos están en Bangladesh.
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