Se está tratando de garantizar que cada familia tenga una habitación, para evitar que las familias de los pescadores se congreguen y vivan temporalmente en lugares superpoblados. En las zonas rurales, miles de soldados han sido movilizados para ayudar a los agricultores a cosechar rápidamente el arroz y otros productos antes de que llegara la tormenta, para limitar los daños a los cultivos.
Entre el 11 y el 12 de septiembre, la tormenta tropical azotó el centro de Vietnam, causando inundaciones y devastación en una amplia zona, en los territorios de la archidiócesis de Hue, la diócesis de Da Nang y parte de la diócesis de Qui Nhon. Los graves daños sufridos por las embarcaciones de pesca, la destrucción de muchas casas y de grandes piscifactorías y camaroneras están creando graves problemas de subsistencia a los pescadores y agricultores de la zona. Muchas carreteras de las zonas montañosas han quedado terriblemente dañadas, aislando a los pueblos.
En una carta pastoral, el obispo Joseph Dang Duc Ngan, al frente de la diócesis de Danang, ha invitado a todos los fieles de la diócesis a “ayudarse generosamente unos a otros, a atender las necesidades de las personas necesitadas independientemente de su religión, viviendo un espíritu de ayuda mutua, solidaridad y de caridad”. El prelado también ha realizado un sincero llamamiento a los católicos locales para que recen una novena a la Virgen en conmemoración del 136º aniversario de la aparición en la iglesia de Tra Kieu.
El 11 de septiembre de 1885, la Virgen María se apareció para proteger y consolar a los fieles locales tras la persecución del catolicismo por parte del ejército real de la dinastía Nguyen. Fue nombrada "Madre de Tra Kieu" y se convirtió en la patrona de la diócesis.
El obispo ha celebrado una misa conmemorativa ya que en la ciudad de Danang se está atravesando un momento muy sombrío a causa del temporal: “Con esperanza y confianza – ha subrayado -, confiamos todos los sufrimientos y dificultades a la Madre de Tra Kieu, y le imploramos fervientemente nuestra protección, como hizo con los fieles de Tra Kieu hace 136 años. Invocamos su apoyo al pueblo para superar las consecuencias de la pandemia y la tormenta”.
Las pérdidas económicas son considerables en estas zonas rurales, y las mayores dificultades afectan sobre todo a los pobres. Tras el tifón, el arzobispo Joseph Nguyen Chi Linh, junto con otros sacerdotes y religiosos de la archidiócesis de Huè, ha visitado las zonas más afectadas para dar consuelo espiritual y apoyo económico a cinco familias afectadas por la tormenta, con el fin de que pudieran reconstruir sus hogares y medios de vida. “Que la misericordia de Dios pueda confortarles – han dicho los sacerdotes -, y mantenga a todos a salvo en su amor”.
Publicar un comentario