Beirut - El nuevo gobierno del Líbano, dirigido por el musulmán sunita Najib Mikati, se prepara para obtener hoy, lunes 20 de septiembre, el voto de confianza del Parlamento libanés. Todas las principales fuerzas políticas representadas en el Parlamento han garantizado su apoyo al nuevo equipo de gobierno, que en su composición refleja la gran variedad de la que se compone el "mosaico" libanés también desde el punto de vista de las afiliaciones confesionales.
Además del primer ministro suní Mikati y el viceprimer ministro cristiano greco ortodoxo Saadeh al Shami, el equipo de gobierno incluye 11 ministros cristianos, 9 ministros musulmanes y dos ministros drusos. Entre los ministros cristianos hay cinco maronitas, dos greco-ortodoxos, dos greco-católicos, un armenio apostólico y una católica de rito latino . Entre los ministros musulmanes, cinco son chiíes y cuatro suníes.
Las tareas más urgentes a las que se enfrentará el nuevo gobierno serán frenar el colapso económico nacional y ofrecerse como interlocutor ante las instituciones financieras internacionales, en el periodo de tiempo que separa al país de sus próximas elecciones generales, previstas para 2022.
En su homilía durante la liturgia divina del domingo 19 de septiembre, el Patriarca maronita Béchara Boutros Raï dio gracias a la Divina Providencia por el fin de la crisis que dejó al país sin gobierno durante trece meses. El cardenal libanés expresó su deseo de que el nuevo ejecutivo trabaje como un equipo unido al servicio del país, destacando entre las prioridades a tratar la necesidad de garantizar la reanudación del curso escolar, también mediante el apoyo a las escuelas no estatales.
Los obispos siro-católicos, reunidos en asamblea sinodal del 12 al 18 de septiembre en Harissa , en el Convento de Nuestra Señora de la Liberación, han manifestado algunas críticas sobre la composición del nuevo gobierno. En el comunicado emitido al término de la asamblea sinodal, presidida por el Patriarca Ignace Youssif III Younan, los obispos siro-católicos, entre otras cosas, expresan su decepción por la "continua marginación" de los sirios y de la comunidad siro católica en el proceso de asignación de altos cargos civiles, señalando que no figura ningún cristiano sirio entre los miembros del nuevo gobierno.
El delicado sistema institucional libanés exige que el cargo de Presidente de la República sea confiado a un cristiano maronita, mientras que el Jefe de Gobierno debe pertenecer a la comunidad musulmana suní y el Presidente del Parlamento debe ser de confesión musulmana chiíta.
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