Ciudad del Vaticano – “La importancia de la fraternidad se nota, en primer lugar, escuchando el grito de quienes sufren las consecuencias de su ausencia, es decir, los pobres, los necesitados, las víctimas de las guerras y las persecuciones e injusticias contra los pueblos que han perdido la seguridad, la paz y la convivencia común. Ir por el camino de la hermandad requiere enfrentarse a las preguntas que ese grito suscita y que ya recorren nuestro convulso mundo”. Así habló el padre Xavier Jeyaraj SJ, director de la Secretaría de Justicia Social y Ecología de la Compañía de Jesús, durante un webinar titulado “Acceso a los derechos y respeto a la dignidad humana”, organizado por el Atlas de guerras y conflictos en el mundo, sección italiana del Foro Mundial de Ciudades y Territorios de la Paz, presentado en el Vaticano el pasado 31 de julio .
A partir de las encíclicas Laudato si ' y Fratelli tutti del Papa Francisco, el padre Xavier Jeyaraj identifica algunos puntos cruciales para promover políticas públicas, programas e iniciativas ciudadanas que ayuden a construir una verdadera educación para la paz, la dignidad humana y el desarrollo auténtico e inclusivo. Según el jesuita, “la cultura del encuentro requiere colocar a la persona humana en el centro de toda acción política, social y económica. Para caminar hacia la amistad social y la fraternidad universal es imprescindible darse cuenta de cuánto vale un ser humano, cuánto vale una persona, siempre y en cualquier circunstancia”. En sociedades que muchas veces no dudan en ignorar o marginar a determinadas categorías de personas, es necesario poder “reaccionar con un nuevo sueño de fraternidad y amistad social que no se limite a las palabras. El 'sueño' no debe entenderse en el sentido de evasión que te hace perder el contacto con la realidad o como una visión consoladora frente a una situación difícil, sino como lo que el Papa Francisco señala como una visión capaz de orientar, de indicar el rumbo del viaje, de motivar el cambio”, especifica el padre Xavier.
En el mundo de hoy persisten numerosas formas de injusticia alimentadas por un modelo económico basado en el lucro, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre: “Mientras una parte de la humanidad vive en la opulencia, otra parte ve su dignidad despreciada o pisoteada en sus derechos fundamentales. La dignidad de la persona es, por tanto, el verdadero valor innegociable. Como dice el Papa, cuidar del mundo es cuidar de nosotros mismos, y ahora es necesario constituir un 'nosotros' universal”, observa el padre Jeyaraj.
En esta perspectiva, el discernimiento y el diálogo son “la raíz a la que se debe hacer referencia para comprender el significado de esta insistencia en la necesidad de construir un pueblo”, señala el padre Xavier. Esto expresa un anhelo profundamente consolidado en la fe católica. “Con la firma del Documento de Abu Dhabi sobre la fraternidad humana esto se hace realidad incluso en la concreción de la redacción del texto. Lo que tenemos en común también lo podemos expresar en palabras, en las que todos podemos reconocernos a nosotros mismos. Esta es la mejor manera de avanzar hacia un camino de paz en la construcción de un pueblo en el que las diferencias se armonicen en un proyecto común”, concluye el religioso.
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