El arzobispo Coleridge señala: “Varias veces en el pasado, Australia ha respondido a grandes crisis humanitarias. De acuerdo con esta disposición pasada, animo al gobierno a que sea generoso también en este caso. Las realidades católicas están listas para ayudar a las instituciones en el reasentamiento de los refugiados. También es nuestro deber moral permanecer junto a quienes, a lo largo de los años, han apoyado a las fuerzas militares australianas, como intérpretes u otros colaboradores, que muy probablemente sufrirán represalias por lo que han hecho”.
El presidente de la Conferencia Episcopal dedicó un pensamiento especial a las personas más vulnerables: “Las mujeres corren el mayor riesgo y Australia debe reconocer y apoyar su dignidad y derechos. Es necesario ofrecer refugio a los afganos que corren el riesgo de sufrir persecución o, peor aún, de ser asesinados por sus creencias, sus valores y su estilo de vida”.
Publicar un comentario