Lima - En su mensaje del 25 de agosto, los obispos de Perú afirman que comparten “los sufrimientos y las grandes incertidumbres que vive nuestro amado país”, pero también “esta situación tormentosa nos invita a pensar que Jesús siempre está cerca de nosotros, nos dice que no estamos solos, que siempre tenemos motivos de esperanza”.
El mensaje enviado a Fides se divide en 12 puntos en los que el Episcopado peruano analiza la situación del país destacando en primer lugar su profunda preocupación por la incertidumbre creada por la “extrema polarización política” que afecta a todos los ámbitos sociales y especialmente a la vida de los más pobres y marginados afectando cada vez más los valores de la convivencia humana. Por ello los obispos denuncian “el doloroso e histórico olvido de la situación de miles de compatriotas de las periferias del país”, que acentúa las desigualdades sociales, genera dolor y resentimiento, aumenta la desconfianza entre las autoridades y la población. “Muchos compatriotas sufren por la falta de trabajo, el alto costo de vida y el miedo a invertir en nuestro país, así como la amenaza de una tercera ola de COVID-19”. En este sentido, señalan que a muchos padres les preocupa que la enseñanza digital no haya logrado los objetivos de aprendizaje marcados ya que muchos alumnos, especialmente los más pobres, no pudieron acceder a clases digitales. Además, existen claros signos de sufrimiento mental y emocional en los niños y niñas debido a la falta de contacto directo con compañeros y profesores.
“Hacemos un llamamiento urgente al Gobierno, por la provisión de las vacunas necesarias para todos, y al mismo tiempo invitamos a todos los peruanos a vacunarse como expresión de responsabilidad hacia ellos mismos y hacia los demás”, piden los obispos, además del derecho a expresar su fe de forma libre y responsable en un contexto de seguridad sanitaria. La fe puede contribuir “a la reconciliación y superación de la polarización, generando una cultura de encuentro y diálogo. La intolerancia, la indiferencia y la discriminación no deben seguir prevaleciendo en nuestra convivencia”, indica el texto.
Por tanto, los obispos peruanos exhortan, “en este momento crucial de nuestra historia”, a caminar juntos “en la búsqueda de la reconciliación y el bienestar de todos”, teniendo objetivos comunes, superando la desilusión, saliendo de nosotros mismos y de nuestros intereses, para decir, “sí a la cercanía y no al aislamiento, sí a la cultura del encuentro y no a la cultura del enfrentamiento”.
En la búsqueda del bien común y la democracia, “el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar ciertamente no ayuda”, sino que se deben utilizar los mecanismos previstos por la Constitución y el sistema legislativo actual. Por eso el mensaje invita así: “Orientemos la democracia hacia la libertad, evitando cualquier autoritarismo. Hacia la igualdad luchando contra todas las formas de discriminación y pobreza. Hacia la fraternidad, promoviendo la amistad social y el cuidado de nuestra gran diversidad cultural y la rica biodiversidad”.
En la conclusión, los obispos reafirman su “voluntad de diálogo con las autoridades gubernamentales”, apelando “a trabajar juntos por el bien común a través de mesas de diálogo”: “La Iglesia extiende sus manos y reitera la voluntad de tender puentes y trabajar juntos en fraternidad y amistad social, por el bien común, el desarrollo humano integral y el fortalecimiento de nuestra frágil democracia”.
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