Durante la última Asamblea del Sínodo de Obispos de la Iglesia Caldea, celebrada en Bagdad del 9 al 14 de agosto, los Obispos participantes en la Asamblea, junto con el Patriarca Louis Raphael Sako, también resolvieron por unanimidad dejar de usar el nombre “Patriarcado de Babilonia de la Caldeos “, para reemplazarlo simplemente por “Patriarcado caldeo”. La disposición sinodal provocó críticas y reacciones polémicas. La Unión de Escritores Caldeos también ha lanzado una nota online en la que expresa que, a pesar de ser una decisión sinodal cuestiona “un legado al que nos enorgullece pertenecer”.
El comunicado del Patriarcado pone de relieve que muchos comentarios críticos provienen de círculos de la diáspora caldea, mientras que dentro de Irak “nadie se opuso a la decisión del Sínodo”. Babilonia, subrayada la nota, fue la capital del imperio babilónico y “nunca ha sido un obispado o sede patriarcal. Hoy es una ciudad musulmana iraquí”. La denominación de “Patriarcado de Babilonia de los Caldeos” no tiene base histórica por varias razones. Cuando el cristianismo entró en Mesopotamia, Babilonia ya estaba en ruinas. Los complejos acontecimientos históricos, que en el siglo XVI hicieron que una parte de la Iglesia asiria de Oriente reafirmara la plena unidad con la Iglesia de Roma, llevaron al establecimiento del Patriarcado caldeo, vinculado por lazos de comunión jerárquica con el Sucesor de Pedro. Pero la referencia a “Babilonia” fue insertada en el título del Patriarca caldeo solo en 1724 por el Patriarca Youssef III, que residía en Diyarbakir .
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