Dushambe - Cuidar de los hijos de las presas: es el compromiso de la Iglesia de Tayikistán en el campo de la pastoral penitenciaria. A través de Cáritas y del apoyo de la red de Obras Misionales Pontificias , la Iglesia local se ha hecho cargo del cuidado de una guardería dentro de una prisión en el distrito de Norak. Don Yormahmad Kholov, sacerdote local y director nacional de Cáritas Tayikistán, comenta al respecto a la Agencia Fides: “El motivo principal que nos llevó a entrar en las cárceles fue un proyecto de prevención y tratamiento de la tuberculosis, una enfermedad muy extendida entre los presos de todo el país. Conocer este mundo ha dado lugar a muchas ideas de proyecto basadas en las necesidades reales que observamos en las interacciones cotidianas en prisión: era imposible no dedicar nuestra atención a una realidad particular como la de la división femenina. Dentro de ella, para la comunidad católica era de especial interés la gestión de la guardería para los hijos de las presas. Desde hace algunos años, Cáritas lleva a cabo proyectos en esta zona concreta de la prisión, pero mientras que antes sólo enviábamos alimentos, en los últimos tiempos nos hemos centrado en las mejoras estructurales y sanitarias”.
En particular, explica el sacerdote, se trataba de reparar el tejado y las estancias comprometidas por las filtraciones de agua, que se ramificaban desde la zona del jardín de infancia hacia gran parte de la prisión. El proyecto fue financiado gracias a un crowdfunding iniciado por "Missio USA", la Dirección Nacional de las OMP en Estados Unidos, pero tiene su origen en la iniciativa de una señora residente en Alemania. “Siempre estaremos infinitamente agradecidos - explica el padre Kholov -, a la señora Godehard, que con sus donaciones periódicas ha hecho posible que este jardín de infancia se beneficie de alimentos y productos de primera necesidad. Las interacciones basadas en estas pequeñas donaciones se han convertido en un proyecto a gran escala. Curiosamente, la recaudación de fondos, que comenzó antes de la pandemia, empezó muy lentamente, pero las donaciones aumentaron rápidamente durante los meses de encierro. Queremos expresar nuestra gratitud a todos los que han contribuido”.
La guardería de la cárcel de mujeres acoge entre 3 y 20 niños, y la edad oscila entre 0 y 3 años: algunos niños nacen en la cárcel.
La comunidad católica de Tayikistán tiene varias iniciativas dedicadas a la atención de los presos. Entre otros proyectos, está el que se puso en marcha en 2020 en colaboración con el personal médico de las prisiones, que preveía la creación de una guarnición contra la propagación del Covid-19 en la prisión de la ciudad de Qubodiyon: unas 12 mil personas se involucraron, entre presos y guardias de la prisión, en acciones destinadas a "reforzar las unidades sanitarias para prevenir y controlar la epidemia", como han declarado los responsables del proyecto a la Agencia Fides.
La Iglesia tayika es una pequeña comunidad en un contexto social que es musulmán en un 98%. Actualmente hay un centenar de fieles, repartidos entre las dos parroquias de Dushambe y Qurǧonteppa. La presencia católica en Tayikistán se remonta a los años 70. Los primeros creyentes eran principalmente alemanes de Rusia, Ucrania y Lituania, deportados al país durante la Unión Soviética. A causa del régimen comunista, durante años las comunidades de Tayikistán estuvieron completamente aisladas de la Iglesia universal. Fue el Papa Juan Pablo II quien estructuró la presencia católica local al instituir la Missio sui iuris el 29 de septiembre de 1997. En este contexto, el trabajo caritativo se inició ya en 1983 por parte de pequeños grupos, que pasaron a formar parte oficialmente de Cáritas en 2004.
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