Karachi - "Todos los obispos de Pakistán están con vosotros, a vuestro lado para apoyaros en vuestro desarrollo, vuestro crecimiento espiritual y vuestra prosperidad. Queremos que nuestros jóvenes sean profesionales capaces, y su prosperidad es la prosperidad de nuestro país, nuestra nación, la sociedad y la Iglesia. Trabajad duro donde estéis, mantened viva la esperanza en medio de los desafíos que os rodeen. La educación es la solución a muchos de los retos a los que nos enfrentamos en nuestra vida diaria, tenemos que esforzarnos por conseguir una educación superior, para crecer en habilidades profesionales, para dar testimonio del Evangelio en la sociedad": así lo dijo el Arzobispo Samson Shukardin OFM, Presidente de la Comisión Episcopal para la Juventud en Pakistán, en su mensaje a los jóvenes reunidos en Karachi para la ceremonia de clausura del Año de la Juventud en Pakistán.
Cientos de jóvenes de varias parroquias de la Archidiócesis se reunieron en Karachi del 23 al 26 de noviembre y -coincidiendo con la conclusión del año litúrgico que acaba de terminar- participaron en la Santa Misa celebrada para concluir el Año de la Juventud en la Catedral de San Patricio de Karachi. El Cardenal Joseph Coutts presidió la celebración eucarística, que fue concelebrada por el Arzobispo Christophe Zakhia El-Kassis, Nuncio Apostólico en Pakistán, el Arzobispo Benny Travas de Karachi, el Arzobispo Sebastian Shaw de Lahore, el Obispo Indrias Rehmat de Faisalabad, el Obispo Khalid Rehmat de Quetta y el Obispo Samson Shukardin OFM de Hyderabad. El Año de la Juventud había sido inaugurado en noviembre de 2019 y fue prorrogado hasta noviembre de 2021 debido a la pandemia de Covid-19.
Durante la reunión de cuatro días, los jóvenes hablaron de retos como el analfabetismo, la drogadicción y la pobreza y el desempleo, la desesperación y la debilidad de la fe. Estos retos también se prestan a otras cuestiones, como las acusaciones en virtud de la ley de blasfemia y la conversión forzosa de las mujeres pertenecientes a minorías religiosas.
Para ayudar a los jóvenes a crecer en la fe para ser ciudadanos responsables de Pakistán, los jóvenes católicos también debatieron iniciativas pastorales, sociales y de evangelización dirigidas a sus compañeros.
Al escuchar sus palabras, el obispo Shukardin animó a los jóvenes a permanecer "llenos de esperanza": "La clausura del Año de la Juventud no es el cierre de nuestras iniciativas juveniles, sino que lo veo como un nuevo comienzo de nuevas misiones para las que nos hemos preparado bien durante nuestra reunión de cuatro días y los programas organizados en las diócesis durante los dos últimos años. Tenemos mucho que hacer, hemos tomado nota de los problemas y retos que se han planteado", dijo. "Al mismo tiempo", señaló, "tenemos que llegar a los jóvenes que están esclavizados y trabajan en los hornos de ladrillos, y que son analfabetos para introducirlos en la restauración de su dignidad como hijos de Dios. Los obispos confiamos en el buen futuro de nuestros jóvenes en Pakistán".
Exhortando a los jóvenes de todas las diócesis, el obispo Shukardin comentó: "De la población total de nuestros jóvenes católicos, sólo un 10% asiste a la Iglesia; es nuestra responsabilidad llegar a los que se han alejado de la Iglesia o no muestran interés por la vida de fe. Por eso -continuó- os exhorto a enraizaros en la vida de oración, a basar vuestra vida en la roca que es la Palabra de Dios, a formaros bien en la fe y a ser testigos de nuestro Señor Jesucristo”.
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