Según la información recibida en la Agencia Fides, tras una rápida evaluación de las necesidades, se han identificado carencias de alimentos, medios de subsistencia , agua y salud. La sequía ha afectado a las poblaciones vulnerables provocando inseguridad alimentaria y desnutrición. Para hacer frente a este problema crítico, el programa de CADIS Kenia pretende reducir la incidencia de la malnutrición en un 50% mediante la distribución de alimentos a 4.000 familias, mejorar los medios de vida de los beneficiarios en un 50% mediante la distribución de alimentos para el ganado y con una clínica móvil.
La situación en el país se ha precipitado, explica el P. Francis Maina, MI, Coordinador de CADIS en Kenia, “durante los dos últimos años, no ha llovido en Wajir, una de las regiones áridas y semiáridas , lo que ha provocado un grave impacto en los medios de subsistencia de la población, la agricultura, el ganado y la salud. Combinando esto con los efectos actuales de Covid-19 en el país, la vida se ha vuelto miserable, especialmente en esta región”.
La escasez de alimentos ha provocado una gran demanda en el mercado y una escalada de precios que supera la capacidad adquisitiva media de la población. La situación de la seguridad alimentaria en el condado se deteriora cada día debido a la falta de agua para el consumo humano y del ganado. Esto ha contribuido a la mortalidad masiva del ganado, al aumento de las tasas de malnutrición y a las complicaciones sanitarias. Es necesario actuar con urgencia para detener la situación.
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