Abidjan – “La paz no es ciertamente la ausencia de guerra, pero hay que reconocer que la ausencia de guerra ya dice algo sobre ella”, escribe a la Agencia Fides el P. Donald Zagore, teólogo marfileño de la Sociedad de Misiones Africanas, al final de la XXV Jornada Nacional de la Paz que el país celebró este lunes 15 de noviembre.
“Es una posibilidad hecha realidad por la voluntad de todos - añade el misionero -. Sólo se puede hablar de verdadera paz en la medida en que todos los actores del universo político marfileño encuentren su lugar en la arena política y la enriquezcan sustancialmente con el debate contradictorio, signo y expresión de la vitalidad del debate público”.
“El desafío de la paz es tan grande - insiste el P. Donald - que hay que salir de los pliegues de la identidad, étnica y tribal, para pensar en Costa de Marfil como una riqueza multicultural que hace de las diferencias su fuerza, contradice su poder y opone su dinamismo”.
Destacando las gestiones realizadas por el Presidente de la República, Allassane Ouattara, para el regreso al país de su predecesor, Laurent Gbagbo, el P. Zagore califica de positiva la contribución de los actores políticos marfileños que han logrado establecer un clima de paz en Costa de Marfil.
“El reto actual es continuar con este impulso y trabajar para establecer una paz real y duradera. Por lo tanto, es imperativo que Charles Blé Goude, absuelto de los cargos de crímenes contra los derechos humanos el 15 de enero de 2019, y Guillaume Soro, antiguo líder de la rebelión de los años 2000, encuentren su país en la serenidad y la paz. Es necesario que, de una vez por todas, Costa de Marfil sea exonerada del litigio de 2011, liberando a todos los actores civiles y militares que siguen en prisión. Es esencial establecer un diálogo político inclusivo en verdad para trazar los surcos de una nueva sociedad marfileña. Es más importante que nunca pensar en un nuevo pacto político que renueve los lazos de confianza entre el pueblo marfileño y los políticos”.
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