Mogadiscio – “Tras el acuerdo político alcanzado en Somalia a finales de mayo, mientras se preparan las próximas elecciones, se respira un aire de prudente optimismo. Me gustaría insistir más en el adjetivo ‘cauteloso’ que en el sustantivo ‘optimista’, porque desde que estoy en Somalia o en el Cuerno de África, intentos como estos, acabados de mala manera, he visto muchos”. Así comenta a la Agencia Fides Mons. Giorgio Bertin, Administrador Apostólico de Mogadiscio y Obispo de Yibuti, residente en Yibuti desde mayo de 2001, pero con una larga presencia en Somalia - desde los años 70 hasta la caída de Siad Barre - el momento actual del turbulento país africano, que ha llegado a un punto que se espera sea de inflexión gracias a las tenaces negociaciones dirigidas por el Primer Ministro Roble que parece haber puesto fin, al menos por ahora, a un periodo de alta tensión.
El obispo explica: “Vivo en Yibuti, pero tengo la responsabilidad de Somalia, adonde voy regularmente. Los últimos meses, desde principios de 2021, han sido especialmente duros, marcados por la agitación política y por los habituales atentados clásicos perpetrados principalmente por Al-Shabbaab. Ha habido fuertes tensiones, en primer lugar, en las relaciones entre los distintos estados que componen la federación somalí, pero también en las relaciones con Etiopía y Kenia, a causa de los yacimientos petrolíferos que se disputan ambos estados, así como de las posibles intrusiones de Kenia en Jubalandia. A nivel interno, el principal problema han sido las elecciones, empezamos con la idea del sufragio universal pero, como dije desde el principio, el objetivo era prácticamente imposible. La oficina de registro, por ejemplo, ni siquiera existe en las ciudades, todo fue destruido entre el 90 y el 91, y además hay un gran problema de seguridad con algunas zonas totalmente controladas por Al-Shabbaab u otras fuerzas como el Isis”.
El Administrador Apostólico explica que el modelo elegido ha sido el de clanes: “Después de varias discusiones y presiones, se ha establecido un periodo de dos meses, a partir de junio, para presentar los candidatos elegidos por clanes que, una vez elegidos, elegirán a su vez al Presidente”.
En un país casi totalmente de fe islámica, la presencia cristiana estable es muy reducida. La labor de testimonio cristiano que se exige a quienes, como católicos, viven en Somalia es preciosa: “Sólo tengo un sacerdote que está en Somalilandia, en el norte -señala monseñor Bertin- que celebra la misa en las casas. Por lo demás, la presencia cristiana está representada por miembros de los ejércitos italiano, burundés y ugandés que forman parte de la Amisom , de la ONU o de otras organizaciones con sus dos capellanes militares . También hay miembros de ONG internacionales, como las específicamente cristianas, como Cáritas Somalia, Catholic Relief Service y otras. También en el pasado la presencia de cristianos era sobre todo de origen extranjero, hasta 1990 se decía que éramos más de 2000, de los cuales el 90% eran de países extranjeros, en particular italianos, entre los cuales había profesores de la universidad nacional. Pero, más allá de la presencia física, hay una presencia moral que tiene gran importancia en el país y que pasa por las palabras del Papa: el Pontífice recuerda a menudo la difícil situación y atrae la atención internacional, mientras que yo mismo visito regularmente el país y animo a los fieles laicos presentes a dar testimonio cristiano a través de su compromiso, su trabajo, su acción humanitaria. Les pido que sean ‘nuestros misioneros’ y que ayuden a todos a comprender la importancia de respetar las diferencias y de comportarse como hermanos. Quisiera señalar, por último, la existencia de una breve transmisión radiofónica que se emite cada domingo, a través de Radio Vaticana: 12 minutos para llevar la voz de la Iglesia en ese territorio”.
Publicar un comentario