ÁFRICA/SUDÁFRICA - Los obispos: “No a la violencia, pero sí a las desigualdades que la alimentan”

Johannesburgo - Unos 36 mil millones de rands han sido asignados por el gobierno sudafricano para apoyar a las empresas y a las personas afectadas por las restricciones de Covid-19 y, sobre todo, por los disturbios que han devastado varias zonas del país en las últimas semanas.
La economía sudafricana, ya muy afectada por las restricciones para frenar la pandemia, se ha visto muy afectada por los saqueos que se produjeron tras el encarcelamiento del ex presidente Jacob Zuma, acusado de corrupción y malversación de fondos públicos.
Las protestas de los partidarios de Zuma degeneraron en vandalismo y saqueos, afectando a cientos de tiendas, supermercados, centros comerciales y gasolineras en las provincias de KwaZulu-Natal y Gauteng. Más de 300 personas perdieron la vida en los enfrentamientos.
Los obispos sudafricanos han condenado “enérgicamente a los elementos criminales que se están aprovechando de esta situación”. “Instamos”, escribieron los obispos en su declaración, “a los implicados en el vandalismo a que reflexionen sobre el hecho de que están poniendo en peligro el sustento de muchas personas al destruir sus puestos de trabajo. También debemos recordar que estamos en medio de la pandemia de Covid-19, que prospera en condiciones de desorden, y que cuanto más tiempo prevalezcan estas condiciones, más nos pondremos a nosotros mismos y a los demás en peligro de un contagio que será aún más difícil de afrontar”.
Haciendo un llamamiento al diálogo, los obispos denuncian que “nuestra sociedad ha normalizado el uso de la violencia y el vandalismo para persuadir al gobierno de que escuche y tome en serio las preocupaciones económicas de los pobres”. “Necesitamos un cambio de mentalidad, una conversión colectiva del corazón y de la mente, que afirme que las protestas violentas y la destrucción de la propiedad nunca pueden ser una respuesta justa a las actuales dificultades económicas y a la injusticia económica. Reiteramos el llamamiento del Papa Francisco en Hermanos Todos, recordando que ante los problemas políticos y económicos siempre existe la posibilidad de elegir el compromiso constructivo en lugar de la violencia”.
Su Exc. Monseñor Stephen Brislin, arzobispo de Ciudad del Cabo, en su nota manifiesta signos de esperanza “incluso en los terribles días de saqueo y destrucción, a los que siguió una oleada de bondad: varias personas se pusieron en marcha para limpiar, proteger zonas sensibles y buscar respuestas para entender lo sucedido”.
Son semillas de esperanza que hay que cultivar junto con “la gente que pide identificar y abordar las causas profundas de la violencia, reconocer las injusticias de la desigualdad y la pobreza en nuestro país”, concluye Mons. Brislin.



Agenzia Fides
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