Bogotá - “En el actual momento que vive Colombia, caminemos juntos. Y a pesar de que nos sentimos en medio de una tormenta, acojamos la voz del Señor: «¡No tengan miedo!» ”. Esta es la exhortación de la Conferencia Episcopal de Colombia firmada por la nueva dirección elegida durante la reciente asamblea plenaria : Mons. Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal; Mons. Omar Alberto Sánchez Cubillos, arzobispo de Popayan y vice presidente, y Mons. Luis Manuel Alí Herrera, obispo auxiliar de Bogotá y secretario general.
Ante las manifestaciones convocadas para el 20 de julio en varias ciudades colombianas, coincidiendo con el inicio de la nueva legislatura del Parlamento, el mismo día del aniversario de la independencia del país de España, las autoridades anunciaron la puesta en marcha de un plan de las fuerzas de seguridad para evitar la violencia y el vandalismo. El Comité Nacional de Huelga , principal organizador de las protestas que tienen lugar en el país desde abril y que han causado muertos, heridos y destrozos, ha anunciado que con la movilización del 20 de julio quiere exigir al gobierno y al parlamento una respuesta a la grave crisis humanitaria, social, política y económica que vive el país .
En su comunicado, que lleva la fecha del 18 de julio, los obispos subrayan que “Cristo Jesús nos llama a reconocer que todos, como colombianos, vamos en la misma barca. ¡Cuántas limitaciones experimentamos en nuestro intento de maniobrar el timón!”. Y reiteran: “Las verdaderas soluciones no se imponen; por el contrario, nos necesitamos unos a otros, para restablecer el rumbo de la vida hacia los demás, aportando cada quien desde sus capacidades y talentos: instituciones, sociedad civil y cada persona”.
Consternados por el sufrimiento de tantas familias, enfermos, hermanos y hermanas que pasan hambre y lo han perdido todo, de tantos jóvenes que no ven esperanza en el futuro, de quienes han sido violentados en sus derechos, los obispos invitan “a volver la mirada al Señor de la vida, a sentir el abrazo íntimo de su misericordia, y la exigencia de seguir construyendo juntos el proyecto de una nación equitativa e incluyente”.
En la conclusión del comunicado, los obispos subrayan una vez más que “Nos hace daño seguir profundizando los caminos del odio y la división. Y citando al papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti invitan a superar lo que divide sin perder la identidad de cada uno. Y exhortan a unirse en la oración para que Dios transforme “este momento de coyuntura, en historia de salvación para todos. ¡No nos dejemos robar la Esperanza!”.
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